"Muchísima gente se ha vuelto pesimista por financiar a optimistas" afirmaba en el siglo XIX el economista Richard Jones. La frase parece definir con justeza lo que ocurre hoy en el equipo económico que rodea a Massa y el diagnóstico que hacen sobre la crisis cambiaria, fiscal y económica que atraviesa el país. Dicen en el Frente Renovador - para otorgar el beneficio de la duda- que hubo mala praxis por "ingenuidad" e "inoperancia" en el manejo de los dólares y el rojo fiscal por un "optimismo imprudente".

Pero lo cierto es que los dardos no apuntan solo a los funcionarios nombrados por el "albertismo", hoy en retirada masiva. Afirman por lo bajo los economistas massistas que el verdadero “festival de importaciones” que denunció la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, no fue solo el de las maniobras hechas a través de la Aduana- que según el actual director, Guillermo Michel, le dejaron un agujero de u$s1250 millones a través de 13.640 importaciones "truchas" efectuadas por 722 empresas -  o el Ministerio de Desarrollo que manejaba Matías Kulfas, sino también las de energía, ahora controlada por funcionarios que le responden y que en los últimos dos años impulsaron el consumo de energía barata, lo que dinamito el déficit fiscal.

La renuncia en marcha del secretario Darío Martínez a la Secretaría de Energía y la imposibilidad de encontrarle un sucesor para aplicar el recorte de subsidios que anunció Sergio Massa el miércoles, está centrada en la contradicción que desata en el Gobierno esta falta de dólares autoinfligida. En siete meses, las compras de combustibles y lubricantes ya suman 8.800 millones de dólares. En el mercado dicen que esas importaciones son las que hacen que solo en 4 días de agosto, se acelerara la devaluación del oficial, que paso $131,27 al último día hábil de julio a $132,64, marcando una tasa de devaluación mensual de 5,7%, superior al promedio del 4,0% del junio.

En el massimo creen que todo se aclarará el próximo 20 de agosto, cuando se conozca el resultado fiscal del mes de julio. Pero la catástrofe a la que se enfrenta Massa es de magnitudes considerables. Sobre todo en lo cambiario: en 30 días las reservas del BCRA cayeron U$S4.555 millones, y los pasivos pasivos monetarios aumentaron $608.928 millones. En ese mismo periodo, el dólar oficial se incrementó 4,8% mientras que el informal 30,7%, alcanzando valores récord de $355, lo que acelero la salida de dólares de sistema con depósitos en dólares que cayeron u$s815 millones.

Y si bien Sergio Massa en su primer día de gestión tuvo un cierre mixto, (el dólar MEP subió 0,7% respecto a su cotización del día anterior mientras que el CCL lo hizo en un 2,0%, pero el blue cerro a $293 y el Riesgo País continuó en baja, alcanzando los 2.406 puntos), en el equipo económico se muestran tranquilos. Quizás porque con tanta gente pesimista en el mercado, esta vez sea mas prudente no mostrarse optimistas.