El Gobierno mantiene preocupación por los inminentes efectos de la sequía en las cosechas de trigo y maíz. En el caso del primero, se calcula que habrá una merma de ingresos por exportación de US$ 3.500 millones que podrían tener un impacto en la necesidad de acumular reservas en el Banco Central. Por otro lado, no se descarta problemas de abastecimiento interno, que podrían presionar al alza el precio de los alimentos en el mercado local.

Es en este marco en el que trabaja el ministro de Economía, Sergio Massa, para poner en marcha un programa para incentivar la implantación tanto de soja como de maíz. En principio el anuncio debería ser este martes. De hecho, el secretario de Agricultura, Juan Bahillo, recibirá este lunes a los dirigentes de las entidades que conforman la Mesa de Enlace para avanzar en ese sentido.

Del encuentro que se realizará a las 15 en la sede de Agricultura, participarán la Sociedad Rural Argentina (SRA), Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), la Federación Agraria Argentina (FAA) y la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro).

Tras la finalización del "dólar soja", que con un tipo de cambio a $200 permitió la liquidación por parte de los exportadores de más de US$ 8.100 millones, con ventas de los productores que superaron los 14 millones de toneladas, se anunció un programa de $ 42.000 millones que abarcaba a productores de hasta 200 hectáreas en el caso de la soja y 100 hectáreas en el maíz.

Pero Sergio Massa añadió que esta semana se anunciará “un programa de incentivo a pequeños y medianos productores de hasta 400 hectáreas con el objetivo de ampliar la superficie sembrada porque en paralelo se está dando una sequía que requiere que tengamos la capacidad de avanzar en la superficie sembrada para reemplazar con más productos la carencia de productos que va a generar la sequía”.

La Bolsa de Cereales de Buenos Aires redujo en 200.000 hectáreas el área con siembra de maíz, a 7,3 millones de hectáreas, lo que significa 400.000 hectáreas menos que las implantadas la campaña previa. La de Rosario también dijo que 52% del trigo sembrado está en condiciones malas y regulares y el 56% padece la sequía.

En el sector agropecuario reclaman una rápida respuesta al Gobierno. Por su parte, el presidente de la Sociedad Rural, Nicolás Pino, había pedido hace algunas semanas que no se le cobre el anticipo del impuesto a las Ganancias a los productores afectados por la sequía. 

La Federación Agraria Argentina (FAA) había coincidido con el pedido de no cobrar dicho adelanto. "Los productores de gran parte del país hacemos malabares en soledad para hacer frente a una gravísima sequía que castiga por igual a la Pampa Húmeda como a las economías regionales, así como otros se enfrentan a las consecuencias de heladas o granizos", afirmó la entidad en un comunicado.

Otra preocupación del Gobierno, al igual que el efecto en la acumulación de reservas, es el posible impacto de la sequía en la disponibilidad de cereales para el mercado local. Eso puede repercutir en los precios de la harina y sus derivados como en el caso del pan. Mientras se busca acuerdo con empresas para mantener a raya la inflación.