En el quinto piso de la cartera de Hacienda ya hay acuerdo en que el “plan de estabilización” empezará en noviembre y que para frenar la inercia inflacionaria podría detenerse el ritmo de crecimiento de la economía por el acuerdo de precios y salarios que propone el equipo de Sergio Massa. Y es para los técnicos del Fondo Monetario Internacional (FMI) la economía argentina en el 2023 crecerá entre un 1% y 2% del PBI. La mitad o menos que este año. 

Para el equipo que comanda Gabriel Rubinstein, el plan de estabilización debe empezar cuantos antes, ya que el presupuesto presentado en el Congreso profundiza el ajuste en el segundo semestre del 2022 para mostrar en el 2023 una recuperación. Al menos eso es lo que el Frente de Todos intentará aprobar en el Congreso y busca sacar el dictamen el martes 18 de octubre, para sesionar al día siguiente y aprobarse antes de que termine este mes.

Pero en el Gobierno nadie es inocente y saben que lo que pidió el FMI, en el marco de un mayor fortalecimiento del dólar a nivel mundial - por la suba de tasas y la política monetaria de la FED- aumenta los riesgos de una recesión global. Esto jugaría claramente en contra de las exportaciones y se vendería menos, tanto en precios como en cantidades. Para colmo de males, la campaña 2022-23 podría ser muy mala debido a la sequía, lo que afectaría la mayor fuente de ingreso de divisas. 

El miedo a que la economía del país mas grande del mundo caiga en recesión no son infundados: el principal ejecutivo del banco JPMorgan Chase, Jamie Dimon, dice que Estados Unidos caería en recesión hacia mediados del próximo año, en un plazo de 6 a 9 meses. "No se puede hablar de la economía sin hablar del futuro y esto es algo serio", señaló Dimon, que apuntó al impacto de la inflación, la suba de las tasas de interés y la guerra de Ucrania como los factores clave. 

Es por eso que en el plano local muchos piensan que el plan del gobierno de bajar el IPC del 95% en 2022 al 60% en el año 2023 como sostiene el Presupuesto, es nada más que un deseo y que solo un congelamiento de precios y salarios podría frenar la inflación. Pero los mas viejos recuerdan que durante los 80, cuando la Argentina ya venia de una década de inflación de tres dígitos al año, dos países llevaron a cabo planes anti-inflacionario que estaban en la misma situación: Israel y Argentina. 

Para bajar la inflación, Israel decidió en 1985 congelar los precios de la mayoría de los productos y los salarios y fijar una especie de "convertibilidad" o cambio fijo entre el shekel, la divisa israelí, y el dólar. También se ajustó el gasto público en un 4% del PBI incluyendo salarios en el sector estatal, subsidios a distintos productos básicos y programas de bienestar social. Con esas políticas, Israel bajo de casi 500% la inflación al año al 16% . En esa misma década, el gobierno de Raúl Alfonsín saco el "Plan Austral" donde se utilizaron los controles de precios como instrumentos “heterodoxos” para desinflacionar la economía. El resultado fue distinto: en 1989 estalló una hiper y la inflación llego a mas del 3000% en 1989.