Sin mucho para festejar por obvias razones, la semana pasada el presidente Alberto Fernández aprovechó Día de la Industria para presentar, en un acto organizado por la UIA, un paquete de medidas destinadas a reactivar uno de los sectores más castigados por la pandemia: el industrial.

Para tomar dimensión de ese diagnóstico, desde que inició el año se destruyeron unas 2.000 pymes industriales y actualmente unas 15.000 “están en situación de crisis”, alerta Daniel Rosato, presidente de Industriales Pymes Argentinos (IPA), en diálogo con Data Clave.

Conociendo ese estado crítico de situación, que también alcanza a las grandes industrias, el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, anunció el miércoles pasado la puesta en marcha de dos líneas de financiamiento, la creación de un sistema de banca de desarrollo, la promoción de proveedores locales, el fomento de proyectos que incluyan tecnología 4.0 y el impulso de parques industriales y tecnológicos.

El titular de IPA saludó las medidas oficiales ya que representan un primer paso en la dirección correcta hacia la reactivación, mientras aguarda por otros anuncios, de similar importancia, vinculados a la reforma tributaria, al “Compre Argentino”, a las exportaciones, y a la revitalización del mercado interno. En ese sentido, pide previsibilidad para el futuro, ya que “hasta el año pasado no sabíamos cuánto iba a ser al otro día el costo de la energía, ni tampoco sabíamos qué iba a pasar con las importaciones”.

-Data Clave: ¿Qué le parecieron las recientes medidas oficiales que apuntan a reactivar al sector industrial?

-Daniel Rosato: Las medidas relacionadas al financiamiento y a la creación de una banca de desarrollo para financiar al sector productivo, estuvieron en línea con lo que venimos pidiendo desde Industriales Pymes Argentinos hace ya un tiempo, cuando iniciamos la mesa de diálogo de cara al Congreso Nacional Industrial, que se llevará a cabo en noviembre. Es muy importante que el Gobierno destine unos $450.000 millones al sector productivo, a la inversión, al desarrollo de tecnología, y a la compra de bienes capital.

-DC: Más allá de los créditos a tasas subsidiadas otorgados para afrontar la pandemia, ¿cuál es el estado de situación del financiamiento al sector productivo?

-DR: Hoy tenemos serios problemas con el financiamiento. Los bancos no financian a muchas pymes porque no son sujetas de crédito. Tenemos 15.000 pymes industriales que están en situación de crisis y que no son sujetas a crédito de los bancos porque los balances les dan negativos, ya que estuvieron 5 meses sin vender, sin cobrar y sin producir. A partir de esa situación, será fundamental contar con una banca de desarrollo para poder financiar a todo el sector pyme.

-DC: Ahora bien, ¿qué otras medidas considera necesarias para dar respaldo a la reactivación?

-DR: Por ejemplo, una nueva legislación impositiva y laboral. También, reactivar el programa del “Compre Argentino” es muy importante. Si bien es una ley vigente, no cumple el objetivo para el cual fue creada, que es que las empresas del Estado y las grandes compañías privadas prioricen los productos nacionales. Otro tema importante tiene que ver con los reintegros a las exportaciones para las pymes industriales, que venimos demandando. Asimismo, nos preocupan los 3 millones de argentinos que se encuentran en la informalidad. Hay otros problemas a resolver sobre la política energética, el mercado interno, o el comercio exterior que, de alguna manera, nos garanticen la previsibilidad para el futuro. Hasta el año pasado no tuvimos previsibilidad porque no sabíamos cuánto iba a ser al otro día el costo de la energía, ni tampoco sabíamos qué iba a pasar con las importaciones. Todos estos temas son los que realmente tenemos que discutir y definir para armar un proyecto a largo plazo.

-DC: Respecto a la situación actual, ¿cuántos sectores de las pymes industriales aún están rezagados respecto al funcionamiento pre pandemia?

-DR: Algunos sectores de pymes industriales están produciendo entre 65% y hasta el 85% de su capacidad, como los que fabrican bebidas, medicamentos, químicos, o tabaco. Pero hay otros que están produciendo al 20%, como calzados, autopartes, o fabricantes de bienes de capital. No todos los sectores responden de la misma manera. Hoy hay una caída en el mercado interno, si bien en julio y agosto hubo una recomposición de la industria. Ante esta situación es muy importante consensuar con sindicatos y el gobierno una política particular para cada sector.

-DC: ¿Cuántas pymes industriales cerraron desde que comenzó la pandemia?

-DR: De diciembre a la fecha hemos perdido 2.000 pymes industriales. En todo el sector pyme en general, cerraron 19.870 empresas, y se perdieron 327.000 puestos de trabajo, de los cuales el 10% corresponden a industrias manufactureras pymes.

-DC: ¿Los salarios de los trabajadores se están regularizando, o todavía la mayoría cobra por debajo del 100%?

-DR: Los trabajadores del sector están percibiendo entre un 40% y un 50% promedio de su sueldo, no solo por la cantidad de empresas que aún trabajan con una baja capacidad instalada, sino también por la cantidad de trabajadores suspendidos, que están recibiendo un subsidio del Estado. Esto explica en parte la caída del mercado interno. La baja del consumo afecta a todos los que producen artefactos del hogar, autos, bicicletas, motos, y a todos aquellos productos que no son de primera necesidad, y que son productos industriales. En ese sentido, los metalúrgicos están en una situación más crítica, con una paralización de muchos de sus rubros, producto de que el sector de petróleo y gas estuvo sin operar bastante tiempo ante la fuerte reducción del transporte público y privado, a partir de la cual, se vende menos combustible y se produce menos. En cambio, algunos sectores como el aceitero, tabacalero, el farmacéutico o el papelero han alcanzado acuerdos salariales porque no han dejado de producir.

-DC: El Gobierno se encamina a presentar una nueva reforma tributaria, ¿qué aspectos fundamentales debería incluir para impulsar al sector industrial?

-DR: Hoy hablar de una baja de impuestos es complicado por la situación actual de las cuentas públicas. Sí tenemos que hablar de una reforma tributaria que le simplifique a las pymes la cantidad tributos que hoy pagan. Apuntaría a la baja de impuestos distorsivos que hacen a los costos, como el impuesto al cheque, los ingresos brutos, donde a veces tenemos una doble imposición cuando pagamos en dos o tres lugares a la vez, o las cargas sociales. Hay una serie de impuestos que se tienen que ir bajando en forma progresiva y paulatina. Debe haber una simplificación y depuración para que las empresas sean competitivas y puedan generar empleo. Para una pyme pequeña la carga tributaria actual es muy pesada y muchas veces termina trasladándose a la informalidad.