Pico (de contagios) o acuerdo (de la deuda), ¿qué llegará primero? Es una incógnita que atraviesa a todo el mercado que, si bien sigue mostrándose impaciente por una resolución favorable de la reestructuración de la deuda en dólares bajo ley extranjera, por estas horas el semblante de los agentes económicos denota más optimismo (con ciertas dosis de cautela) que, en las últimas semanas, luego de conocida la mejora de la oferta del canje el domingo pasado.

¿Por qué? Rápidamente hubo respaldos inmediatos a la nueva propuesta: desde múltiples sectores locales (empresarios, políticos de diferentes fuerzas, y hasta exfuncionarios macristas), pasando por organismos internacionales (FMI, G-20), hasta tres fondos (Gramercy, Greylock y Fintech) que integran uno de los grupos de acreedores (el más amigo) que participan de las discusiones.

El lunes, en consecuencia, el mercado recibió con suma euforia la nueva oferta del Gobierno, ya que despertó la expectativa de mayores probabilidades de alcanzar un acuerdo. Algunas subas incluso sorprendieron a los más optimistas, más allá del atraso en los precios de muchos papeles argentinos. Por ejemplo, la acción de Cresud se disparó 40% en Wall Street, mientras que los bonos concretaron avances de hasta el 11%, sobre todo en aquellos bajo la ley argentina, ante la promesa del Gobierno de que habrá tratamiento igualitario d la actual proe lo que se ofrece en la actual propuesta.

Claro que, tal como se esperaba, llegó también el rechazo el día miércoles por parte del tándem duro AdHoc (liderado por el fondo BlackRock) y Exchange Bondholders -entre ambos poseen casi un tercio de la deuda a reestructurar de 65.000 millones de dólares-, indispensables para alcanzar las Cláusulas de Acción Colectivas (CACs), que permiten que si un porcentaje determinado de los acreedores acepta la reestructuración, la misma sea vinculante al resto de los tenedores, de tal modo evitar lidiar en la justica con fondos buitre.

De todas formas, a diferencia de otras manifestaciones previas, esta vez ambos grupos dejaron en claro su intención de negociar para alcanzar un acuerdo. “Aunque no aceptamos la propuesta de Argentina, nos parece que brinda una base para un acuerdo constructivo. Estamos listos para debatir algunas modificaciones a la oferta que permitan una reestructuración consensuada”, dijeron, justo poco tiempo después de que el ministro de Economía, Martín Guzmán, asegurara que “claramente” ya no hay espacio para mejorar la oferta. ¿Será realmente así? Recordemos que el titular de la cartera económica ya se había mostrado inflexible tras presentar la primera de las ofertas, y luego las mejoró tres veces. Todo se entiende en el marco de unas negociaciones que se mueven como las piezas de un juego de ajedrez.

Con las modificaciones efectuadas por Argentina a la oferta original de abril, el valor presente neto (VPN) de los bonos se ubica en promedio en u$s53,5 por cada lamina de u$s100, un nivel que achica el spread frente a las demandas planteadas por la mayoría de los acreedores.

Un analista del mercado graficó a Data Clave la foto de las negociaciones con una metáfora futbolera: “Seguimos uno a cero abajo, pero faltan 15 minutos para que termine el partido, todavía podemos empatar. Es decir, si hacemos el gol no gana nadie. Esa es la idea del acuerdo”.

El jueves mientras tanto, el banco Lazard que actúa como intermediario entre Argentina y los acreedores le transmitió a Guzmán un mensaje proveniente del grupo AdHoc, que tomó por sorpresa al Ministro. Allí le aseguraron que están dispuestos a llevar adelante la próxima semana una nueva ronda de discusiones, para intentar encontrar puntos en común en las negociaciones por la deuda. En principio, la demanda de este grupo liderado por BlackRock en términos económicos es mayor a la ofrecida por el Gobierno y, desde el punto de vista legal, también hay diferencias importantes.

Habrá que ver hasta donde podrán seguir “tironeando” los grupos de bonistas más duros ya que, al mismo tiempo, crece la presión internacional para que se cierre el canje tras las sucesivas mejoras en la oferta. De lado del Gobierno, volverá a estar sobre la mesa, por más que no se manifieste públicamente, el debate sobre si todavía existe espacio para algún movimiento más en la propuesta, o si finalmente la oferta presentada el lunes pasado ante la SEC es en verdad la última. Veremos qué sucede en “los últimos 15 minutos” de un partido en cual no se descartan varios minutos de tiempo agregado, y menos aún, un tiempo suplementario. La fuertemente golpeada economía argentina ruega que todo se defina en los 90 minutos.

Acciones y bonos, con subas semanales de hasta 23,3%

A lo largo de la corta semana de tres días, la índice S&P Merval de Bolsas y Mercados Argentinos (BYMA) acumuló una mejora de 7,5%, y terminó en los 42.747,55 puntos, estimulado por las mayores chances que ve el mercado de un arreglo de la deuda, que se sumaron al impulso alcista que ofrecieron las bolsas internacionales.

El top five semanal de las mayores subas se lo repartieron entre energéticas y bancos, más un infiltrado:  Transener (17,3%), Cresud (16,8%), Grupo Financiero Galicia (+16,3%), Transportadora de Gas del Norte (17,2%), y Banco Macro (14,3%).

Con un cierre de semana netamente alcista, en Wall Street, por su parte, se destacaron los fuertes avances semanales de Galicia (+23,1%), IRSA (+19,6%), Banco Macro (+18,9%), Cresud (+17,4%), y el BBVA (+16%). El lunes cuando abra el mercado argentino nuevamente tras los recientes feriados deberá reacomodarse al saldo positivo que dejaron los papeles argentinos entre jueves y viernes.

Por su parte, el riesgo país cayó en la semana casi 8% hasta los 2.318 puntos básicos, el nivel más bajo de los últimos cuatro meses gracias a la gran performance que mostraron los bonos soberanos en moneda dura, que acumularon subas de entre 6% y 9% en promedio para toda la curva. No se quedaron muy atrás los títulos en pesos, que anotaron avances de hasta 8%.

En los mercados del mundo, los indicadores siguieron alimentando el optimismo por una recuperación global, pero algunos países volvieron a limitar actividades ante el rebrote de coronavirus elevando la incertidumbre. Los últimos indicadores de expectativas apuntaron a una recuperación en Estados Unidos, mientras que datos de consumo de la Eurozona también evolucionaron favorablemente agregando algo de optimismo. No obstante, la recuperación post-pandemia podría no ser tan inmediata por nuevos y mayores contagios, que obligaron a algunos países a limitar actividades nuevamente, llevando al empeoramiento de algunas proyecciones. Así y todo, durante la semana los principales indicadores de Wall Street volvieron a acumular ganancias: el Dow Jones ganó 1%, el Nasdaq 4% (alcanzó su vigésimo séptimo récord en lo que va del año) y el S&P 500 1,8%.

Para destacar, otra impresionante suba semanal observada en las acciones de la innovadora fabricante de autos eléctricos Tesla, que volaron casi 28%, lo que permitió a su fundador, Elon Musk, superar la fortuna de Warren Buffett y ubicarse en el séptimo lugar de las personas más ricas del mundo. Durante este viernes, la riqueza de Musk aumentó en u$s6.100 millones, para alcanzar los u$s70.500 millones, según el Índice de multimillonarios de Bloomberg. El también propietario de SpaceX, de 49 años, posee aproximadamente una quinta parte de las acciones en circulación de Tesla.

Pero durante la semana, no todo fue apetito por riesgo, también muchos inversores fueron en busca de activos de cobertura ante la suba de casos récord de Covid-19 en EEUU (el viernes, de hecho, los contagios superaron los 70.000 en el país del norte, cifra diaria inédita para cualquier país desde que inicio la pandemia). Es esa estrategia, volvió a crecer la demanda en el oro, que encadenó su quinta semana consecutiva con ganancias (+1,4%), tras alcanzar el miércoles su mayor nivel en casi 9 años, al superar los u$s1.800 por onza.

Tres datos relacionados con el metal precioso: esta semana se registraron flujos exponenciales hacia los ETF (fondos que cotizan en bolsa respaldados en oro), mientras que Goldman Sachs dijo que espera que la onza se beneficie si China, el mayor comprador minorista a nivel mundial, se recupera con mayor fuerza que EEUU de una segunda ola de casos del Covid-19, al tiempo que reforzó su objetivo de u$s2.000 para el precio del lingote en 2021.

Dólares, con subas en todas sus versiones, salvo en el blue

En términos cambiarios, lo más relevante de la corta semana que transcurrió fue la suba de los dólares financieros que, de igual forma, se mantienen unos $15 por debajo de los máximos alcanzados a mediados de mayo.

Pese a que casi todas las noticias relacionadas con la deuda fueron positivas esta semana, algo que aliviaría en principio la presión cambiaria, los dólares bursátiles subieron en la Bolsa por segunda semana consecutiva, registrando alzas de hasta el 3%, todo en un contexto de estrictos controles para operar estos tipos de cambio. De todos modos, las brechas siguen relativamente estables (llegaron a superar el 85% en mayo), aun cuando los operadores focalizan su atención en la administración del Banco Central del exceso monetario en la etapa post pandemia.

En concreto, el dólar Contado con Liquidación -que surge de la compraventa de bonos o acciones en la Bolsa con el fin de sacar los dólares del país-, avanzó en la semana 57 centavos a $109,12, lo que dejó una brecha 53,8% frente al precio del mayorista. A su vez, el dólar MEP o Bolsa -similar operación a la del CCL pero dentro del país-, saltó $3,19 en la semana a $108,98, su mayor valor en casi tres semanas, mientras que el spread con la divisa que cotiza en el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC) se expandió al 53,6%.

Inmutable, el dólar blue comenzó y terminó la semana a $127, más allá de insinuar una pequeña baja durante un lapso de la jornada del miércoles. El paralelo llegó a operar a$126, cerca de su mínimo en tres semanas, luego de la recepción positiva entre los inversores de la cuarta propuesta del canje de la deuda. "La nueva oferta es una buena noticia para los mercados, donde se espera que alivie la presión al tipo de cambio, por lo menos en el corto plazo", dijeron desde Portfolio Personal. Por ahora, la brecha con el dólar mayorista se mantiene por debajo pero muy cerca del 80%. Es aún muy alta, pero menor al pico de 104% registrado a mediados de mayo (el blue llegó a valer el doble que un dólar mayorista).

En la plaza oficial, por su parte, el promedio del dólar minorista mostró un ascenso de 39 centavos en la semana para cerrar a $74,72, precio al que, si le sumamos el 30% del Impuesto País, se ubica en $97,12. En el Banco Nación, en tanto, el billete subió 50 centavos en la semana a $74,50.

Ya en el mercado mayorista, la divisa aumentó 30 centavos entre lunes y miércoles, y culminó a $70,94, precio absolutamente fijado por el Banco Central, en un contexto de muy acotado volumen operado (menos de u$s200 millones). Fuentes del mercado estimaron que la autoridad monetaria acumuló en la semana ventas por unos u$s20 millones para defender el valor de la divisa, ante la falta de oferta del sector privado.

Pese a ello, las Reservas Brutas Internacionales del Central aumentaron u$s28 millones en la semana, para cerrar en los u$s43.247 millones, producto de una suba en los precios del oro.

Más allá de otra leve flexibilización del súper cepo recargado durante la última semana (BCRA habilitó a empresas a comprar hasta u$s1 millón para pagar deudas comerciales y Cartas de Crédito libradas por bancos internacionales), hasta tanto y en cuanto no haya una resolución positiva con relación al canje de deuda, habrá escasas chances de modificaciones sustantivas en las condiciones actuales de la plaza doméstica, razón por la cual se espera que el ritmo de deslizamiento de los precios del dólar se mantenga como hasta ahora, postergando ya con un horizonte más lejano las posibilidades de cambios en la política cambiaria. Recordemos que salvo excepciones la autoridad monetaria habilita una suba diaria del dólar mayorista de seis centavos, que se computa incluso los días no hábiles. Por ende, se espera que el próximo lunes el incremento de la divisa sea de al menos 30 centavos (llegaría a $70,24), aumento que resulta de la suma de centavos acumulados durante los feriados del jueves y viernes, del fin de semana, y de la primera jornada de la semana.