La crisis cambiaria aceleró los tiempos en varios frentes. Uno de ellos está vinculado con el blanqueo de capitales para la construcción, iniciativa que parecía no estar al tope de las prioridades del Gobierno hace unos meses. "Confieso que soy muy poco amigo del blanqueo”, había declarado en julio el presidente Alberto Fernández. Sin embargo, la vorágine con la que escalaron los dólares paralelos y creciente sangría de las reservas del Banco Central modificaron el contexto, y con ello, la mirada del Gobierno con relación a la exteriorización de capitales.

La semana pasada el ejecutivo envió dos proyectos de ley que contemplan un blanqueo para la construcción, la implementación de incentivos fiscales y herramientas para atender el déficit habitacional, facilitando el acceso al crédito hipotecario indexado a los salarios (ya no a la inflación). “Las medidas oficiales están bien orientadas para que la construcción sea el motor de la reactivación”, afirmó en una entrevista con Data Clave, el Arq. Damián Tabakman, presidente de la Cámara Empresaria de Desarrolladores Urbanos (CEDU), una de las entidades del sector privado que le acercó al Gobierno varias de las iniciativas planteadas en los proyectos de ley.

El titular de la CEDU reconoció, de todos modos, que las cámaras empresarias habían planteado “más medidas que las presentadas por el Gobierno”. Admitió también que “en la propuesta original, las iniciativas eran más más potentes”, y que algunas “fueron recortadas en cuanto al impacto debido a las limitaciones fiscales que existen en la actualidad”.

Así y todo, consideró que el blanqueo, junto a los incentivos fiscales, y otras variables a tener en cuenta, como el fuerte “abaratamiento del costo de la construcción medido en dólares no oficiales” y la “larguísima tradición de los argentinos de resguardar el capital en ladrillos”, permiten pensar “un año próximo con un buen nivel de actividad en el sector de la construcción privada”.

Data Clave: ¿Qué le pareció el proyecto de ley enviado al Congreso que impulsa un blanqueo para la construcción y fomenta los créditos hipotecarios ajustados por el índice de salarios? ¿Va en la línea de lo que esperaba el sector empresario?

Damián Tabakman: Junto con varias cámaras e inclusive con la UOCRA le acercamos al Gobierno hace unos meses una propuesta que incluía el blanqueo para facilitar la inversión de obras en construcción. Esto fue parte de un paquete de anuncios que incluyen también otros beneficios impositivos. Por otro lado, se busca facilitar a los bancos el otorgamiento de préstamos hipotecarios con alguna cláusula indexatoria vinculada la evolución del salario para hacerlos más accesibles. Debo reconocer que habíamos planteado más medidas que las presentadas por el Gobierno. Incluso en la propuesta original, las iniciativas eran más potentes. Algunas fueron recortadas en cuanto al impacto posible, seguramente debido a las limitaciones fiscales que existen en la actualidad. Nosotros tratamos de pedir lo máximo posible. Más allá de esto, creo que las medidas están bien orientadas, y en línea con lo que hace falta para que la construcción privada en el futuro próximo se reactive, o más aún, que sea el motor de la reactivación de la economía.

D.C.: ¿Qué difirió en los proyectos oficiales de lo que había planteado el sector privado con antelación?

D.T: De acuerdo al proyecto oficial, el plazo para blanquear capitales se extenderá desde la fecha de entrada en vigencia de esta ley y hasta el 28 de febrero de 2021. Es un plazo relativamente corto. La realidad es que las obras son largas, hacer cualquier edificio lleva dos o tres años, y hacer el blanqueo en plazos tan comprimidos seguramente no sería tan efectivo cómo si se extendiera en el tiempo para que uno pueda ir aprovechándolo, mientras la obra va evolucionando. Respecto a las alícuotas que van del 5% al 25%, considero que son bastante altas, dependiendo en qué momento se blanqueen los capitales. Igual, debe debatirse en el Congreso. Más allá de esto, está bueno que se pueda blanquear, pero no será regalado si se aprueban finalmente estas alícuotas. Por otro lado, para los préstamos hipotecarios, una herramienta súper importante para la reactivación de la actividad, es positiva la creación de un fondo compensador para cubrirle a los bancos la diferencia entre un préstamo que la gente tome indexado por la evolución de los salarios, respecto de la evolución de la inflación. Luego habrá que ver si en la práctica los bancos se animan a dar estos préstamos. Me imagino que con esta herramienta estarán más tranquilos al otorgarlos, pero también es cierto que con la actual situación macro, existen varias incertidumbres, entre ellas la alta inflación, y ello puede condicionar.

D.C: Y particularmente, ¿quedó afuera alguna idea o iniciativa planteada por la cámara que usted conduce?

D.T: Sí, nosotros insistimos mucho en una cuestión que todavía no está en la agenda, pero que esperemos que pronto aparezca ya que nos parece muy importante y tiene que ver con el financiamiento a largo plazo para comprar desde el pozo. Los préstamos que se están impulsando están orientados a dar como garantía la hipoteca de un bien terminado, y nosotros queremos que también esto tenga viabilidad para adquirir en pozo. El gobierno anterior había anunciado algunas medidas para incentivar a los bancos a que ofrecieran préstamos destinados al pozo, pero finalmente ninguno lo hizo a pesar de existir un marco normativo. Ahora no se está hablando de eso y somos insistentes con la iniciativa para que también la gente pueda meterse en un pozo, desde el cual tener un crédito asegurado, en condiciones accesibles y a 20 años.

D.C.: ¿Qué impacto imagina que pueden tener estas iniciativas en el sector ya mirando el 2021?

D.T: La expectativa es positiva. Se conjugan dos o tres variables a tener en cuenta. Una muy importante que va más allá de las medidas gubernamentales vinculadas con el sector, y tiene que ver con el fuerte abaratamiento del costo de la construcción medido en dólares no oficiales como el contado con liqui o el dólar blue. El costo para construir cayó a los niveles más bajos en 20 o 30 años. Es difícil recordar otro período en el cual el costo de la construcción sea tan barato como el actual. Es un incentivo para invertir. Si sumamos los anuncios gubernamentales, es como que una cosa potencia a la otra. También existe una larguísima tradición en los argentinos de resguardar el capital en ladrillos y está bueno que la gente se anime cuando es barato construir. Y eso es lo que está ocurriendo en la actualidad. Al mismo tiempo, en términos formales, hay pocas alternativas de inversión, por ende, la suma de estos tres o cuatro factores nos permiten pensar un año próximo con un buen nivel de actividad en el sector de la construcción privada.

D.C.: ¿Existen actualmente faltantes de algunos materiales de la construcción dada la gran demanda, en el marco de la actual crisis cambiaria que se refleja en la amplia brecha cambiaria?

D.T.: Si, están faltando algunos materiales, producto de un par de causas. Después de algunos meses de parálisis completa por la cuarentena, la demanda se recompuso bastante rápido y eso estresó a los fabricantes, a la cadena de distribución, y a los proveedores. Por otro lado, impacta una disminución de la oferta, a medida que van apareciendo casos de Covid-19 en las fábricas, muchas de las cuales deben cerrar momentáneamente, con lo que se reduce la producción. Es cierto que también las fábricas, poco a poco, van aprendiendo a mitigar esos efectos y no parar toda la producción. La suma de ambos factores, tanto en la demanda como en la oferta, hacen que efectivamente existan problemas de escasez de algunos materiales en la actualidad, y es posible que tengamos inconvenientes a futuro.

D.C: Dentro del sector, ¿dónde se cristalizan actualmente las principales señales de reactivación de la construcción?

D.T: En lo suburbano en su conjunto, pero lo más notable es lo residencial suburbano. Toda la gente que atravesó encerrada la cuarentena en un pequeño departamento de la ciudad de Buenos Aires, con un balcón chiquito, con los chicos estudiando, y ambos padres trabajando, propició que en muchos casos se analizara o se decida mudarse a los suburbios y vivir en un lugar con un pequeño jardín y mejor aún, con una pileta para el verano. Esto hizo que explotara la venta de lotes en los suburbios, incentivada además por el costo de hacerse una casa, que como dije se ha abaratado mucho. Esto se da mayormente en countries, barrios privados, e incluso en barrios abiertos de la periferia. Otro de los rubros que está funcionando bien son los parques industriales. Hoy por hoy para un industrial hacerse un galpón nuevo cuesta muchísimo menos que hace unos meses. O mejor dicho nunca costó tan barato hacerse un galpón, entonces para el que tiene una fábrica y la visión de ampliarse, optó por aprovechar este contexto y construir.