El ministro Martín Guzmán vive sus semanas más tensas al frente de Economía. Luego de las públicas embestidas en su contra y la inflación del 6,7% en marzo, el frente que se le abre es el de las tarifas de energía, una vieja disputa que mantiene con el ala kirchnerista. A finales de abril, deberán estar convocadas las audiencias públicas para el nuevo cuadro tarifario que quedará vigente a partir de junio.

El titular del Palacio de Hacienda se comprometió con el Fondo Monetario Internacional a reducir un 0,6% del PIB los subsidios en las boletas de luz y gas, con un incremento segmentado. Vale resaltar que ese compromiso se dió casi en simultáneo con la invasión rusa en Ucrania, que disparó los precios internacionales.

Si bien esta no es una meta por la cual estén condicionados los desembolsos del organismo, sí lo es la reducción del déficit fiscal del 3% en 2021 al 2,5% este año que dependerá en gran parte de la bajar estos subsidios.

Los funcionarios del área energética, en su gran mayoría alineados con la vicepresidenta Cristina Kirchner, mantienen cierto resquemor por la fórmula que eligió Guzmán y porque el incremento será mayor al 20% general previsto originalmente a principios de año, muy por debajo del 60% de inflación proyectada por algunas consultoras. En cambio, se utilizará una segmentación en tres niveles. 

A finales de este mes, está previsto que haya una audiencia pública para luego presentar durante mayo los nuevos cuadros tarifarios que regirán a partir de junio. Según pudo saber Data Clave, la audiencia se oficializaría este jueves ya con la presentación de los informes técnicos a la Secretaría de Energía.

El plan Guzmán consiste en que los beneficiarios de la tarifa social tendrán un aumento equivalente al 40% del Coeficiente de Variación Salarial (CVS) del año anterior, mientras que para el resto la suba será equivalente al 80% del CVS. Así quedó plasmado en el Memorando de políticas económicas y financieras que firmó nuestro país con el Fondo para refinanciar los US$ 45.000 millones tomados bajo la gestión de Mauricio Macri.

En concreto, los sectores de menores ingresos tendrán subas del 21%, casi cubiertas ya por la actualización de marzo; el segmento “medio” de la población tendrá un incremento de hasta 43%, por lo que les queda un alza de 23% y, finalmente, el sector de mayores ingresos de la población dejará de percibir subsidios por lo que tendrán subas de 200%.

De todas formas, los analistas no esperan que esto genere una reducción en los subsidios que paga el Estado para mantener a raya las tarifas. Un informe reciente de la consultora Economía y Energía resaltó que, de mantenerse la tendencia actual en los precios internacionales, el nivel de subsidios sería de US$ 16.756 millones.

El año pasado, que tuvo elecciones, se impuso la visión del kirchnerismo para mantener pisadas las tarifas. De hecho, el subsecretario de Energía Eléctrica, Federico Bernal, resistió al intento de Guzmán de echarlo de su cargo. Para el kirchnerismo, los subsidios a la energía son una forma de sostener el nivel de ingresos.

En ese punto nace la interna. El presidente Alberto Fernández está alineado con su ministro de Economía en que cumplir el acuerdo con el FMI calmará las aguas del mercado y servirá para “anclar expectativas”. Por otro lado, saben que la inflación también se acelera con los incrementos tarifarios, una de las principales críticas del kirchnerismo.