En la recta final hacia las PASO, si bien la centralidad de la campaña la ganó por varios cuerpos el escándalo del festejo de cumpleaños de la primera dama Fabiola Yáñez, hay temas y debates económicos que no pueden soslayarse, dado su gran influencia para muchos votantes a la hora de emitir su sufragio. Entre ellos, se discute hoy sobre cómo llegarán a noviembre el salario real, la inflación, el crucial tema del dólar, y, en definitiva, la performance de la economía argentina.

Para el economista Camilo Tiscornia, director de C&T Asesores Económicos, entre los indicadores clave para intentar mesurar las posibilidades del oficialismo en las elecciones legislativas, aparecen en primer plano el salario y el empleo, variables que, según su opinión, no muestran guarismos muy positivos: “No hay una buena performance en esos indicadores, con lo cual me parece que la posición de la población en ese sentido va a ser bastante crítica respecto al Gobierno”, remarca. De todos modos, en materia de crecimiento estima que el número para 2021 “puede ser bueno, en torno al 7%”, e incluso “podría ser más”, dependiendo de lo que suceda con la variante Delta de Covid-19.

Donde Tisconia vuelve a ser pesimista es con respecto de la inflación: si bien prevé que perfore el 3% en agosto, dice que su moderación será transitoria, y cerrará el año en torno al 52%.

Pero la advertencia del director de C&T Asesores Económicos viene para después de las elecciones: “Vamos a tener un nuevo aumento de la inflación, y más en el verano, cuando naturalmente la suba de precios tiende a ser más alta que en el resto del año”, con lo cual anticipa que post comicios, “el escenario económico va a estar muy complicado”.

También el exgerente de Análisis Macroeconómico del Banco Central opina justamente de las últimas medidas de la autoridad monetaria para limitar aún más la operatoria del dólar en la Bolsa, y avisa que la actual política cambiaria de atraso del tipo de cambio “es insostenible, porque te lleva a una pérdida de competitividad”, con lo cual, vaticina que "corrección de la cotización oficial tiene que darse".

Data Clave: ¿Cómo analiza la última medida que ha tomado el Banco Central para limitar las operaciones de los dólares financieros? ¿Qué efecto puede tener a corto y mediano plazo?

Camilo Tiscornia: La decisión del Banco Central de obligar a quienes operan el dólar contado con liquidación, a efectuar el arbitraje entre cuentas propias, se suma a otras medidas previas, que han limitado cuantitativamente las operaciones que se pueden hacer con ciertos bonos. Es decir, hay como una especie de “in crescendo” en estas medidas del Banco Central y del gobierno en general, por controlar los tipos de cambio alternativos. Y, ¿Qué ha provocado esto? Como se limitó esa operatoria, parte de la demanda se trasladó a otros mercados y por eso hemos visto de golpe tal vez en los últimos días subir más el dólar MEP, e incluso al dólar blue. Después también lo que llaman el dólar SENEBI, que es un dólar que ha surgido a partir de las medidas del mes de julio, es decir que, como pasa cada vez que se pone un control que se pone para contener la demanda, ésta termina canalizándose por algún otro lugar. No son medidas que resuelvan los problemas, pero, para el corto plazo, algo ayuda. ¿Y por qué es importante el contexto para entender esto? Estas medidas no salen de un vacío, tienen lugar en un momento en el cual las reservas del Banco Central no tienen una buena performance. Si vemos los datos de agosto están prácticamente estancadas, y cuando uno ve la descomposición de los movimientos se encuentra con que se está perdiendo mucho justamente por la intervención en esos tipos de cambio, de ahí estos controles que el Banco Central toma.

DC: Mientras tanto en el mercado oficial, el BCRA mantiene su política de moderación de la suba diaria del dólar, para atenuar las exceptivas de la inflación. Con lo cual, ¿Considera que es inevitable un salto en el tipo de cambio oficial?

CT: El dólar se viene moviendo al 1% mensual hace ya varios meses, y la inflación al mismo tiempo, si bien ha bajado, del 4% al 3%, sigue estando arriba del porcentaje de suba del dólar oficial. Incluso en agosto que, según nuestras proyecciones, el IPC estará probablemente debajo del 3%. Esta combinación es insostenible, porque a lo que te lleva es a una pérdida de competitividad que no la podés mantener en el tiempo. Entonces una corrección tiene que darse. Ahí las preguntas que uno se puede hacer son dos. Primero, ¿Cómo se puede ser la corrección? Y la otra es, ¿Cuándo? El cómo uno puede decir bueno, esto puede ser porque a la larga termina bajando la inflación y el proceso de deterioro se frena. Lo que pasa es que, cuando uno ve el ritmo de emisión monetaria, la perspectiva para el resultado fiscal en el segundo semestre, las elecciones, la presión sobre el dólar, parece muy difícil que la inflación pueda bajar mucho, entonces la corrección va a tener que venir en algún momento porque el tipo de cambio va a tener que moverse más rápido. Uno podrá pensar si va a ser un salto, o si será algo más continuo, pero más veloz, podemos discutirlo. Ahora, que va a haber una corrección del dólar, no hay ninguna duda.

DC: ¿Cuándo cree que podría ocurrir esa corrección del dólar oficial este año o el próximo?

CT: El timing es difícil anticiparlo. Uno cree que políticamente el Gobierno va a evitar que esto sea antes de las elecciones. Tiene herramientas para hacerlo, pero la verdad es que los riesgos son importantes. En cualquier caso, lo que creo que esto te marca es que después de las elecciones el escenario económico va a estar muy complicado.

DC: Y previo a las elecciones, ¿Cómo cree que llegará la economía? ¿El rebote que muestran algunos números oficiales se sentirá en el bolsillo de la gente?

CT: Si uno tiene que medir en materia de resultados, probablemente al votante lo que más le termine importando es su capacidad de compra y de poder satisfacer ciertas necesidades. Eso va muy ligado al salario real, y al empleo, y ninguna de las dos cosas viene del todo bien. El nivel de empleo es bastante bajo, ya que se han perdido muchos puestos de trabajo el año pasado. Más allá de que se han recuperado este año, habría que ver la calidad de esos puestos de trabajo. Parece difícil que se haya vuelto a la misma calidad de empleo que había previo a la pandemia. O sea que, el mercado laboral no está en buenas condiciones. Además, el salario real viene cayendo, y recién ahora se está empezando a frenar un poco. Estos son movimientos que también se han visto en otros momentos cerca de las elecciones. El Gobierno intenta poner plata en la calle, favoreciendo paritarias ahora más cerca del 45% y eso puede dar algún rédito a corto plazo en materia de poder adquisitivo. Pero no parece que a la larga eso sea útil. Entonces diría que allí no hay buenas noticias tampoco. La actividad económica en general sí, ha tenido una performance un poco mejor de lo que se esperaba, porque la verdad que la pandemia, pegó menos de lo que se esperaba y es probable que el PBI muestre mejores datos en estos meses, siempre y cuando la variante Delta no se haga presente en forma grave, que es un supuesto importante. No hay una buena performance en esos indicadores, con lo cual me parece que la posición de la población en ese sentido va a ser bastante crítica respecto al gobierno.

DC: Respecto de la inflación, hemos visto que en los últimos meses se produjo una moderación, aunque aún se encuentra en altos niveles, ¿Considera que es una desaceleración transitoria o puede mantenerse en el tiempo? ¿Dé que depende?

CT: Para la dinámica de corto plazo, el tipo de cambio oficial es fundamental. Y evidentemente esta moderación de los precios, va de la mano de que el tipo de cambio esté subiendo al 1% mensual. En la medida en que eso no cambie de acá a las elecciones o se mueva muy poco, va a ayudar a que la inflación se mantenga un poco más acotada. Lo que pasa que en esa moderación están pasando otras cosas, como por ejemplo, el congelamiento de muchos precios, sobre todo los relacionados con servicios públicos, y también numerosos acuerdos, controles de precios en distintos productos, que no se pueden sostener en el tiempo. Con lo cual, la perspectiva para la inflación no es del todo buena. El Gobierno se va a embarcar seguramente en el segundo semestre en un programa fiscal ambicioso, muy expansivo, y ya se están viendo las consecuencias con la enorme emisión monetaria que está haciendo el Banco Central y eso, tarde o temprano va a terminar repercutiendo en la inflación. Por eso, yo más bien soy de la idea de que esta moderación que puede haber en la inflación, que veremos hasta dónde llega, va a ser transitoria. Creo que más adelante, sobre todo seguramente después de las elecciones, vamos a tener un nuevo aumento de la inflación, y más en el verano, cuando naturalmente la inflación tiende a ser más alta que en el resto del año. O sea que seguramente vamos a tener un verano bastante caliente en materia de inflación.

DC: La gran polémica y repudio que generó la fiesta de cumpleaños de la primera dama, Fabiola Yáñez, en la Quinta de Olivos, a partir de la publicación de algunas fotos y videos, mantiene por estas horas la centralidad entre los temas de campaña, solapando quizás algunos debates económicos relevantes. En ese sentido, ¿Qué discusiones en este terreno cree que deberían darse entre los candidatos, muchos de los cuales formarán parte del Congreso por los próximos 4 años?

CT: Lo que estamos viendo es todo muy pobre, porque ahora la campaña está tomada por todo el  tema de la foto, y de los festejos en Olivos, que obviamente son graves, pero están fuera completamente de lo económico. En este ámbito económico, hay una especie de posición muy extrema, muy simple, y poco productiva, que es el oficialismo achacándole la culpa de todos los males a la administración anterior, y la administración anterior enfatizando que los números económicos del momento son malos, que realmente lo son. Pero la verdad que eso no conduce a nada. En Argentina no nos podemos dar el lujo de seguir con este tipo de juego de poca calidad. Para resolver los enormes problemas que tenemos, tendría que haber cierto grado de concordia y de acuerdo en algunas cosas a nivel económico, y parece muy difícil de lograr. Y cuando me refiero a acuerdo económico, evidentemente la inflación es un tema central que preocupa a todo el mundo. Es un drama en sí mismo porque erosiona el poder de compra, pero además porque desordena completamente la economía e impide el crecimiento, y algo que la Argentina necesita es muchísimo crecimiento. Para lograr esto y para poder resolver este tema, hay que lograr consensos para aplicar ciertas reformas y cambios que van a llevar mucho tiempo. Es por eso que se requiere un cierto consenso político. Creo que la agenda que estamos viendo en esta campaña, está completamente lejos de eso.

DC: La última, ¿qué números maneja respecto a la inflación, PBI, y el tipo de cambio para 2021?

CT: Para el tipo de cambio creemos que el Gobierno va a seguir moderando como hasta ahora con el 1% de suba mensual, pero estimamos que después de las elecciones pueda acelerarse un poco más. No estaría demasiados lejos de la meta que en su momento planteaba el ministro Guzmán, pero habrá que ver la reacción final una vez que pasen las elecciones. En materia de crecimiento, creo que el número puede ser bueno, en torno al 7%, aunque tal vez podría ser más. Habrá que ver qué pasa con la variante Delta. La cifra de crecimiento está muy influida también por el arrastre del año pasado. Y en materia de inflación, la estamos proyectando en torno al 52% para todo 2021.