Vuelven las discusiones sobre las retenciones hacia dentro del Gobierno y el Campo se prepara para una suba de las alícuotas. Por ahora, se impuso la visión del secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, para utilizar la suba de retenciones como mecanismo de “desacople”. En tanto, la visión más “dialoguista” que profesaba el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, perdió la pulseada.

La disparada de los precios internacionales de las materias primas generó un cambio de escenario a nivel internacional y por supuesto local, que deviene en mayores presiones sobre el precio de los alimentos. Esa dinámica ya se está viendo en el precio del pan, que preocupa a los funcionarios.

El paso previo se dio este domingo, cuando el Ministerio de Agricultura decidió cerrar “hasta nuevo aviso” el registro de exportación de subproductos de soja como el aceite y la harina derivadas de la oleaginosa. Argentina es el mayor exportador de estos productos a nivel mundial. La intención es recaudar alrededor de US$ 350 millones extra durante este año.

Así, los analistas y el sector agropecuario anticiparon que el siguiente paso será aumentar las alícuotas de estos productos del 31% al 33%, para cerrar la brecha que tienen con los porotos de soja con esos 2 puntos porcentuales adicionales. En contrapartida, las voces de repudio del agro y algunos gobernadores no tardaron en hacerse sentir.

La medida en estudio

La suba de los precios internacionales, que ya venían en niveles altos desde la “salida” de la etapa más dura de la pandemia, se agravó con la invasión rusa a Ucrania, ambos países son productores muy importantes en el mercado mundial de trigo y maíz. De todas formas, el conflicto repercutió en todos los mercados de materias primas, incluido petróleo y gas.

En ese marco, el equipo económico del Gobierno puso sobre la mesa nuevamente una discusión que parecía haberse zanjado a finales del año pasado: la utilización de las retenciones para “desacoplar” los precios locales de los alimentos. Hay una medida que cobra más fuerza que otras dentro de los tironeos que hay en el Frente de Todos. 

El Gobierno evalúa, y podría anunciar en los próximos días, una suba de alícuotas por decreto en el marco de la Ley de Solidaridad que se votó ni bien asumieron. La normativa le da la facultad para pasar del porcentaje actual del 12% en el trigo y el maíz al 15%, mientras que la soja está en su tope de 33%. La duda principal es si eso será suficiente para generar el desacople. 

De todos modos, hay dos problemas que derivarán de la medida. El primero es que deberá prorrogarse por decreto la Ley de Solidaridad, ya que estaba incluída en el Presupuesto 2022 que fue rechazado en el Congreso. El segundo tiene que ver con que el sector exportador puede ir a reclamar a la Justicia y pedir la suspensión de la iniciativa oficial, en un contexto no favorable para el Gobierno.

¿Se impone la visión de Feletti?

En el último tiempo, el secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, de diálogo fluido con la vicepresidenta Cristina Kirchner, viene sosteniendo la necesidad de aplicar subas en las alícuotas en el trigo, maíz, girasol y aceite. “La necesidad de estas herramientas es algo que venimos sosteniendo en público desde que llegamos”, dijeron a Data Clave desde el entorno de Feletti.

Sin embargo, lo único que había podido conseguir el funcionario, ante la resistencia del ala más cercana al presidente Alberto Fernández, fue la puesta en marcha de fideicomisos acordados con el sector. Luego de la medida que se conoció el domingo, los exportadores anunciaron que suspenderán los fideicomisos.

Del otro lado, los ministros de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, y su par de Agricultura, Julián Domínguez, más cercanos a la línea presidencial, se mostraban en contra de aplicar la suba de retenciones. La muestra se dio a finales del año pasado cuando Feletti deslizó la posibilidad de avanzar en ese sentido en el marco de la discusión por las subas en el precio de la carne y sus restricciones para la exportación

En ese momento, Kulfas y Domínguez manifestaron su desacuerdo con el secretario de Comercio Interior. "Tuvo una actitud que no es la más indicada", había apuntado el Ministro de Producción, mientras que el de Agricultura expresó que si de él dependiera “facilitaría todos los instrumentos para poder exportar".

El precio de los alimentos, vuela

Ahora, el contexto apura al Gobierno. La inflación viene muy alta en los primeros meses y los analistas anticipan que en el segmento de alimentos y bebidas los incrementos promediaron el 5%-6% en febrero. Marzo mostraría un valor similar y quedan nueve meses por delante antes de que termine el año.

La incertidumbre sobre la duración de la guerra en Ucrania pone de relieve la pregunta de cuánto durará la escalada en los precios de los alimentos a nivel mundial. El temor oficial es que el precio del trigo, sobre todo, presione el pan y los fideos (algo que ya se está viendo), es decir, que al argentino promedio no sólo se le hará muy difícil comer carne sino también acceder a estos productos

Todo en un país con 40% de pobreza y cerca de 5 millones de personas que no pueden cubrir sus necesidades básicas de alimentación.

Con los salarios por el suelo, el objetivo de apuntalar la recuperación también peligra con este proceso. El consumo representa cerca del 70% del PIB de nuestro país y será necesario recomponer los ingresos para incrementar la demanda, al menos ese es el objetivo que proponen los funcionarios en sus intervenciones públicas.