En el marco del debate mundial sobre el calentamiento mundial, una nueva fuente de energía renovable comienza a ganar terreno en todo el planeta. Se trata del llamado hidrógeno verde. Su extracción se realiza en plantas específicas, ecológicas, mediante la generación de su propia energía (por molinos de viento o energía solar) y el uso de agua dulce limpia.

Este proceso se denomina electrólisis y utiliza la corriente eléctrica para separar el hidrógeno (H2) del oxígeno (O) que hay en el agua (H2O), por lo que, si esa electricidad se obtiene de fuentes renovables, se podría producir el hidrógeno sin emitir dióxido de carbono a la atmósfera.

El hidrógeno verde es considerada una de las energías del futuro, y es fundamental para descarbonizar la estructura productiva, con un impacto muy positivo para luchar contra el cambio climático.

Tiene un gran potencial para descarbonizar el transporte pesado (por ejemplo, camiones y buques) y de larga distancia. Es la misma situación en el caso de industrias que consumen mucha energía, tales como el acero, el cemento, el papel o la de fertilizantes.

Desde Casa Rosada señalaron que con este proyecto que se anuncia hoy, la energía que generan los vientos de la Patagonia (de los mejores del mundo), va a poder ser industrializada y exportada a través de la producción de hidrógeno en forma limpia.

 Además, confían en que se van a poder generar miles de puestos de trabajo, contribuir al desarrollo federal, generar divisas y, a su vez, disminuir el impacto ambiental de las actividades productivas.

En la actualidad, 6 naciones lideran la investigación y el desarrollo de este tipo de energía renovable. El dato es que solo una es de América Latina. Australia, Alemania, Países Bajos, China, Arabia Saudita y Chile, son los países que pican en punta en este tipo de producción. La cercanía con el país trasandino será una ventaja para Argentina al momento de comenzar con este tipo de desarrollo energético.