La fiscalía que investiga el atentado a la AMIA pidió este mediodía la prisión perpetua para Carlos Telleldín como partícipe primario. Fue luego de que terminara su alegato final ante el Tribunal Oral Federal 3. Los jueces Andrés Basso, Javier Ríos y Fernando Canero escucharon el alegato de Telleldín y luego el de la defensa oficial, en el juicio oral que se prevé termine antes de fin de año.

"No le importó", concluyó el fiscal Roberto Salum ante el Tribunal Oral Federal 3 en el inicio de su alegato la semana pasada, al referir que está probado que el 10 de julio de 1994 Telleldín vendió la camioneta a alguien con acento extranjero, que se presentó en su casa "medio disfrazado" y con una "valija llena de dólares" y se llevó el vehículo sin revisarlo ni pedir papeles.

Ese día Telleldín "se representó como probable" que el destino para el vehículo podía ser un delito grave, como "un atentado terrorista" y "no le importó", fundamentó el fiscal en el alegato que entró en cuarto intermedio hasta el miércoles, cuando pedirá una pena de prisión efectiva para el acusado ante el Tribunal Oral Federal 3.

Si bien la fiscalía consideró que el entonces reducidor de autos no fue cómplice de los terroristas ni sabía que el objetivo era volar la AMIA en Pasteur 633, "falta a la verdad cuando dice que nunca supo para qué será usada. Eso es falso".

Apenas cometido el atentado a las 9.53 del 18 de julio de 1994, Telleldín "ya sabía que había sido usada su Trafic porque al momento de concretar la operación ilícita de venta se lo había representado y al instante de cometido el atentado supo definitivamente que la Trafic que se usó fue la que él entregó", argumentó la fiscalía.

Los fiscales Salum y Sergio Eyherabide recordaron que Telleldín en esa época se dedicaba al negocio ilícito de compraventa de autos robados, mediante el doblaje, y por eso tenía herramientas para darse cuenta de que la operación de venta de la Trafic usada en AMIA no había sido "normal", como la quiso presentar.

Los Familiares de Víctimas solicitaron por su parte la pena de prisión perpetua porque entendieron que Telleldín sabía del atentado, proveyó y acondicionó la camioneta para soportar el peso de los explosivos y actuó motivado por "odio racial".

Telleldín está procesado sin prisión preventiva como partícipe necesario del atentado y pasó ya una década en prisión desde 1994 a 2004.