Cinco policías (en actividad, retirados y exonerados), fueron detenidos acusados de integrar una banda que en febrero pasado secuestró a un hombre y lo liberó tras cobrar un rescate en la ciudad de San Miguel de Tucumán, aunque se investigan más hechos de ese tipo.

Los arrestos, que fueron realizados el pasado jueves aunque dados a conocer este martes por el Ministerio Público Fiscal (MPF) fueron dispuestos por el juez federal de Tucumán Fernando Poviña, quien avaló cinco allanamientos para detener y desarticular a la banda dedicada a cometer secuestros extorsivos.

A pedido del fiscal federal Agustín Chit y del titular de la Unidad Fiscal Especializada en Secuestros Extorsivos (Ufese), Santiago Marquevich, quedaron detenidos cinco de los seis acusados con orden de captura y se secuestraron armas, municiones, ropa de fajina de la Policía de Tucumán, numerosas credenciales policiales, documentos, celulares y dispositivos electrónicos.

Un sexto sospechoso buscado, en tanto, permanece prófugo de la Justicia al no ser hallado en los lugares que solía frecuentar, añadieron las fuentes.

La investigación derivó de un secuestro extorsivo sufrido el 19 de febrero pasadas las 14.30 por un hombre en su lugar de trabajo.

En ese hecho intervinieron por lo menos tres efectivos policiales en actividad, otros tres retirados y exonerados, junto con una persona más todavía no identificada, todos ellos vestidos con indumentaria de la policía provincial, según detallaron desde el MPF.

Simulando un procedimiento policial, los captores irrumpieron armados y sin orden judicial en el inmueble de la capital tucumana donde se encontraba la víctima, la esposaron y le dijeron a un empleado del lugar que su libertad "tenía un precio". Durante esa irrupción, la banda se apoderó además de armas y herramientas.

Luego, con el teléfono celular de la víctima, los secuestradores llamaron a sus familiares, a quienes les exigieron la entrega de 200 mil pesos y de un automóvil de su propiedad como rescate.

Mientras se llevaba a cabo la negociación y hasta que se efectivizó el pago, los secuestradores fueron trasladando a la víctima en distintos autos particulares y pasaron por diversas zonas de la ciudad de San Miguel de Tucumán.

Durante todo el trayecto, los delincuentes mantuvieron a la víctima custodiada, pero sin impedirle la visión y, más tarde, dos de los captores regresaron al domicilio del cautivo y cobraron el rescate, tras lo cual se produjo la liberación.

Luego de la denuncia, y en el marco de la investigación, los pesquisas pudieron ir identificando a los integrantes de la banda a partir del análisis de cámaras de seguridad, comunicaciones y testimonios, mediante los cuales se logró determinar el recorrido preciso que realizó el damnificado hasta su liberación.

Para ello trabajaron conjuntamente detectives de la Unidad de Procedimientos Judiciales de la Gendarmería Nacional (Uniprojud) y del Departamento Antisecuestro Norte de la Policía Federal, coordinados por las fiscalías Federal 2 de Tucumán y la Ufese.

El trabajo de campo y el análisis de declaraciones testimoniales de las víctimas referidas a las características fisonómicas de los secuestradores y las descripciones de los vehículos empleados permitieron señalar posibles autores.

Luego, con el análisis efectuado por el personal policial de las líneas telefónicas que interactuaron con las de las víctimas se estableció fehacientemente la identidad de los acusados.

Para el MPF, "la interacción de esas líneas telefónicas, mientras se producían los acontecimientos, obedeció a las características propias de la división de tareas que medió entre todos sus intervinientes".

A toda esa evidencia se sumó que la víctima del secuestro declaró que había reconocido a uno de sus captores entre un grupo de ladrones que al día siguiente de su secuestro cometió un robo en la localidad de Famaillá, cuyos rostros se hicieron públicos.

Tras ello, los fiscales solicitaron la detención de seis personas acusadas como coautoras del delito de "secuestro extorsivo agravado por la participación en el hecho de tres o más personas, asociación ilícita y robo agravado por uso de armas de fuego y por haber sido cometido en despoblado y en banda", cinco de los cuales se concretaron.