En medio de las políticas de ajuste y recortes del gobierno libertario, sobre todo en el ámbito sanitario, el Ministerio de Salud de la Nación confirmó que durante el primer semestre de 2025 se registraron 69 casos de hepatitis A.

Con ese número de casos, el país alcanzó casi el mismo número que los reportados en todo 2024, cuando se habían registrado 70 casos de la enfermedad, según el Boletín Epidemiológico Nacional (BEN).

Este aumento sostenido encendió las alarmas del Ministerio de Salud, que declaró al país en zona de brote y advirtió sobre una curva ascendente que supera los valores esperados para esta época del año.

“En Argentina, previo a la introducción de la vacuna en el Calendario Nacional de Vacunación en 2005, el VHA fue la principal causa de insuficiencia hepática fulminante en menores de 10 años. La implementación de la estrategia de vacunación sistemática a los 12 meses de edad permitió una reducción drástica de la incidencia y morbimortalidad, situando al país en un escenario de endemicidad baja”, advirtieron en el Gobierno.

Del total de casos registrados, 40 se encuentran en región Centro: CABA (13), Buenos Aires (11), Córdoba (11) y Santa Fe (5); 19 en NOA: Jujuy (4), Salta (13) y Tucumán (2) y el resto en Mendoza (2), San Luis (1), Formosa (3), Chubut (2), Río Negro (1) y Neuquén (1).

En cuanto a los grupos etarios, 17 casos corresponden a menores de 20 años, 38 a personas de entre 20 y 39 años y los 14 restantes a mayores de 40 años. El patrón de distribución por sexo repite una tendencia ya observada: la mayoría de los casos se detectaron en varones, con 43 notificaciones en total.

El virus de la hepatitis A se contagia por la ingesta de agua o alimentos contaminados con materia fecal o por el contacto estrecho con personas infectadas. No se trata de una enfermedad crónica, como ocurre con la hepatitis B o C, pero puede desencadenar complicaciones graves, especialmente en niños no vacunados. 

El cuadro más severo es la hepatitis fulminante, que compromete la función hepática de forma repentina y puede derivar en insuficiencia orgánica.

Antes de que la vacuna se incorporara al Calendario Nacional de Vacunación en 2005, el virus de la hepatitis A era la principal causa de insuficiencia hepática fulminante en menores de 10 años en el país. 

A partir de ese año, la aplicación sistemática de una única dosis a los 12 meses de vida logró modificar el panorama: la tasa de contagios descendió drásticamente y Argentina pasó a ser considerada un país de endemicidad baja.