Los manejos de las autoridades y de las fuerzas de seguridad santiagueñas parecen retrotraer el tiempo a otra etapa de la vida humana. Estructuras casi propias de los feudos, manejos absolutamente verticalistas, negociados burdos con manifiesta sensación de impunidad. La denuncia contra la policía de Sachayoj por el esquema de sobornos a camioneros para ingresar a la provincia, publicada el viernes por este medio, generó amenazas a las partes involucradas, a los denunciantes y a los propios funcionarios judiciales que están detrás de la investigación.

En el pueblo, ubicado a 10 kilómetros de la frontera con Chaco, suelen acumularse filas de varios kilómetros de camiones que transportan mercadería. El fenómeno se da a raíz de las férreas restricciones que impone el gobierno provincial de Gerardo Zamora, que -al menos en este paso fronterizo- culminan cuando aparece el dinero. Según cuentan testigos con los que trabaja la fiscalía de la Dra. Copello, el lugar físico elegido por los oficiales de la fuerza que gestaron el supuesto circuito de coimas es el bar “El Gallego”, una parrilla de la zona donde distintos testimonios declararon haber visto las transacciones: plata por zona liberada, manuales sanitarios tirados a la basura y puertas abiertas a cambio de algunos billetes, según refleja una de las denuncias presentadas ante el ministerio público fiscal.

Desde Sachayoj cuentan que a partir de que la causa cobrara estado público, “a los policías los incomodó mucho la publicación y empezaron a amenazar a testigos”. Según se pudo reconstruir, al momento hay camioneros, denunciantes y hasta la propia fiscal que recibieron distintos tipos de intimidaciones o presiones durante el fin de semana.

Un testimonio vital a la hora de entender la trama de los sobornos denunció por amenazas ante el ministerio público al jefe de la comisaría y al personal presuntamente involucrado en la trama de corrupción. Entre otros hechos, relata que algunas personas ligadas a la subcomisaría zonal se acercaron al domicilio de su madre sin motivo alguno. Es una de las personas que observó desde adentro cómo se giraba la plata y se autorizaban los permisos a quienes pagaban para ingresar a territorio provincial. La fiscal Natalia Copello la citaría a declarar y pediría datos de fechas de los hechos observados. Además, se investiga si también los oficiales recibían dinero a cambio de liberar aislados por coronavirus.

Testimonios que relatan los hechos
Testimonios que relatan los hechos

Camioneros de Sachayoj cuentan que quienes no adhieren al sistema de coimas no entran a Santiago del Estero pese a demostrar que el pueblo es su lugar de residencia. Los hacen esperar en largas filas de entre 500 metros y un kilómetro de distancia respecto del ingreso. Señalan que “los que tienen plata entran tranquilamente, pero a nosotros nos hacen quedar”. También cuentan que luego de que se destapara la olla recibieron amenazas de agentes locales, que se presentaron en el domicilio de un chofer para hacerle preguntas sobre una causa de la cual, según el propio transportista, jamás había oído hablar: “Vinieron a hablarme y me dijeron que el jefe de la policía quería hablar conmigo. Hay mucha gente sucia. Hicieron mucha plata con los camioneros”, cuenta.

Por estas horas la fiscal está reunida con autoridades de la Dirección de Inteligencia Criminal y con denunciantes. Copello también admitió que recibió intimidaciones y aprietes por temas ligados a la investigación. La causa se encuentra bajo secreto de sumario, que se levantaría en las próximas horas.