Un total de 17 personas heridas por pirotecnia, descorches y agresiones fueron atendidas esta madrugada en tres hospitales porteños especializados, desde donde sus voceros afirmaron que la cantidad de casos "es significativamente menor a la media histórica".

En el Hospital de Quemados, ubicado en el barrio porteño de Caballito, fueron atendidas cinco personas, cuatro menores de edad y un adulto, informó la jefa de guardia del centro especializado, Patricia Gutiérrez.

Los niños entre 5 y 13 años ingresaron por "pirotecnias menores", como estrellitas, y no requirieron internación; mientras el adulto, de 43 años, manipulaba una consola de pirotecnia, pero tampoco requirió internación, indicaron desde el hospital.

"Todos los pacientes son ambulatorios", especificó Gutiérrez, médica cirujana especialista en quemados y cirugía plástica. "Este año hemos visto que la gente ha tomado conciencia sobre el tema de la pirotecnia, así que no han habido tantos casos como en años anteriores", dijo.

En este sentido, aseguró que el ingreso de personas al hospital para esta época "viene en caída hace tres o cuatro años. A esta altura, años atrás, ya teníamos 120 casos desde diciembre porque empezaban los festejos de egresados".

En tanto, en el Hospital Pedro Lagleyze, ubicado en La Paternal, ingresaron dos personas con "traumatismos por pirotecnia sin mucha complejidad", informó el doctor Fernando González Areces, jefe de guardia del establecimiento.

Los heridos son "un niño de de 11 años con una lesión leve, y una mujer de alrededor de 50 años, que está siendo evaluada pero que parece no requerir ni cirugía ni internación", detalló González Areces y aclaró que ambos pacientes son "de tratamiento ambulatorio".

El jefe de guardia de este sábado se mostró sorprendido por la baja cantidad de ingresos. "Me llamó la atención porque generalmente había bastantes más. Por el tema de la concientización de los animales empezó realmente a disminuir bastante. Todos los años viene en caída, por suerte", indicó.

Además, once personas fueron atendidas con heridas causadas por pirotecnia, agresiones y descorches en el Hospital de Oftalmología Santa Lucía, ubicado en el barrio de San Cristóbal, informó Pablo Paoloni, jefe de guardia del centro. Cuatro de los heridos eran menores de 15 años y siete mayores de esa edad, detalló el oftalmólogo a cargo.

A su vez, un 75% de los ingresados tenía heridas causadas por pirotecnia, un 12% por agresiones y otro 12% por descorches, informaron desde el hospital. "Respecto al año pasado es mayor la cantidad de ingresos, pero respecto de la media histórica es significativamente menor", concluyó el jefe de guardia.

En comparación con el 2020, el total de heridos para estas fiestas se incrementó en un caso, pero en comparación con el 2015, donde hubo 74 personas heridas en estos tres hospitales porteños, se redujo en más de un 75%.

Por otra parte, al menos 22 casos positivos de alcoholemia de 2.000 operativos realizados se detectaron esta Navidad en la Ciudad, aunque la lluvia de la madrugada imposibilitó que se continuaran los controles, informó hoy jefe de operativo.

"Se realizaron 2000 controles esta Navidad y 22 fueron positivos pero no es comparable con el año pasado en esta fecha porque entre la 1 y las 4 de la madrugada llovió y no se pudieron realizar los operativos de control", aseguró hoy a la señal de TN Matías, jefe de operativos de alcoholemia de la Ciudad de Buenos Aires.

En años anteriores, según remitió Matías, los días 25 de diciembre y 1 de enero se detectaban en promedio entre 50 a 60 test positivos. En tanto, se especificó que los controles especiales terminan el 26 de diciembre a la noche, no obstante, el Gobierno porteño realiza operativos de control todos los días del año.

¿Cómo funciona el testeo de alcoholemia? "Se le solicita la documentación al conductor, y se controla con un Alómetro, el cual mide el alcohol en la boca, si detecta esa bebida se le pasa al alcoholímetro, con pipeta descartable, que es lo que evalúa el dosaje de alcohol en sangre", apuntó.

En los casos en donde los conductores se niegan a soplar, se determina como un presunto positivo de alcoholemia, y se le retiene el automóvil.

A partir del 2009, con la modificación de la ley de Tránsito y Transporte, ya no se puede ceder el volante si hay otro conductor con resultado positivo de alcoholemia, "por eso, pedimos que haya conductores designados que no consuman alcohol", agregó el jefe del operativo porteño.