Los sindicatos docentes más combativos de la Ciudad de Buenos Aires siguen poniéndole frenos a la vuelta a las aulas, una decisión innegociable del gobierno porteño que también es un estandarte de Juntos por el Cambio en el año electoral y por eso está atravesada por fricciones partidarias.

Trabajadores nucleados en el gremio docente Ademys votaron en una asamblea un paro de actividades previsto para el miércoles, jueves y viernes de la semana próxima en la Ciudad de Buenos Aires, en coincidencia con el inicio del ciclo lectivo y en reclamo de mejores condiciones sanitarias y laborales.

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Según las autoridades del sindicato 500 docentes definieron la medida de fuerza de 72 horas. Sostienen que hay escuelas “en un estado lamentable desde lo epidemiológico y lo educativo” y plantean que no están dadas las condiciones para el regreso a la presencialidad.

Ademys pone el foco sobre tres cuestiones no resueltas: los índices que considera la Ciudad para hablar de “aulas seguras”, las condiciones de infraestructura en distintos sectores y las excepciones para docentes de riesgo mientras el ritmo de vacunación retrasa el cronograma oficial.

La secretaria general de Ademys, Mariana Scayola, dijo en diálogo con El Destape Radio que "las condiciones no están dadas para una presencialidad segura en las escuelas". Y señaló que "un mismo docente puede estar en 20 burbujas en un día y trasladándose en transporte público" y remarcó que se trata de "un riesgo para él y para los que participan en las burbujas". A menos de una semana para la apertura de las aulas, siguen las tensiones políticas.