El Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional 22 condenó el viernes pasado a una mujer a tres años de prisión en suspenso por extorsionar a su amante y obligarlo a transferirle dinero a cambio de que ella no le cuente a la esposa los encuentros íntimos que mantuvieron. 

La mujer aceptó su responsabilidad y admitió el hecho en el marco de un juicio abreviado, un proceso en el cual no se realiza el debate oral a cambio de que la defensa acepte su culpabilidad ante la Fiscalía. El acuerdo fue ratificado por el juez Gabriel Nardiello, integrante del Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional 22, que consideró a la implicada como autora del delito de “extorsión atenuada”.

De acuerdo al fallo al que accedió Data Clave, el damnificado le entregó en 2019 unos 55 mil pesos a través de tres transferencias realizadas desde su banco a la caja de ahorro de la mujer. La primera transferencia fue el 26 de marzo de 2019: ambos coordinaron un encuentro íntimo pero que finalmente no se concretó. Ella le dijo que por lo menos le pagara el viaje en UBER porque sino le contaría de sus encuentros a la esposa. Esa primera entrega de dinero fue de 5000 pesos.

Tres días después, la ahora condenada le escribió al hombre -que fue querellante en la causa- y le pidió dinero de manera urgente porque su padre estaba enfermo. “Lleguemos a un acuerdo, vos me depositas tanta plata y yo borro todos los mensajes, audios y me olvido del facebook de tu mujer, no te jodo más”, le escribió. La víctima le dijo que iba a ayudarla pero que no quería involucrar a su pareja, le preguntó cuánto dinero quería y le transfirió 15 mil pesos. 

La mujer le prometió que borraría todo pero el 1º de abril volvió a mandarle mensajes diciéndole que su padre había fallecido y que necesitaba 35 mil pesos para el velorio. El hombre le volvió a transferir no sin antes decirle que borrara todo. Sin embargo, la extorsión continuó: una semana después, le escribió nuevamente y le pidió plata a cambio de “su silencio”. 

Los mensajes continuaron por varios días pero como el querellante ya no entregaba el dinero, comenzaron los comentarios en tono de amenaza: le decía que se había sentido usada, que le hiciera la denuncia pero que ella lo iba a escrachar en la facultad donde trabajaba y que iba a reenviar los audios que se mandaban.

Todas estas conversaciones junto con los movimientos bancarios fueron incorporados a la causa para demostrar cómo había sido la maniobra. Si bien la condena a la mujer es a tres años de prisión en suspenso (es decir, que no irá detenida), si debe cumplir una serie de reglas de conducta y debe pagar el costo del proceso. Además, debe abstenerse de tener todo tipo de contacto por cualquier medio con el hombre, su familia y su entorno.