La policía porteña Lorena Miño se entregó esta martes en los tribunales porteños acompañada por su abogado y quedó a disposición de la Justicia. La agente se encontraba prófuga por el encubrimiento del crimen de Lucas González, el adolescente de 17 años asesinado en el barrio porteño de Barracas.

"Lamento muchísimo la pérdida de Lucas, pero no tuve nada que ver", dijo Miño en un video antes de entregarse a la justicia, y agregó: "Se siente el odio de la gente, por tres personas que hicieron algo mal. No todos son iguales, no todos hacemos lo mismo, yo no tengo nada que ver con lo que pasó".

El juez Martín Del Viso ordenó el pasado viernes la detención de seis policías de la Ciudad de Buenos Aires por el encubrimiento y también por promoción de amenazas, odio racial y por haber implantado la réplica de un arma que se encontró en el auto en el que iban el juvenil de Barracas Central y sus amigos.

Se trata de Roberto Orlando Inca, Héctor Claudio Cuevas, Micaela Soledad Fariña, Juan Horacio Romero, Fabián Alberto Du Santos y Lorena Miño, quienes prestan servicios en la División Sumarios y Brigadas de la Comisaría Comunal 4 y en la Comisaría Vecinal 4D.

Cabe recordar que en el asiento trasero del auto Volskwagen Suran en el que circulaba Lucas con sus amigos fue secuestrada una réplica de arma con la inscripción “The Punisher”. Los policías están acusados de haber adulterado la escena del hecho y "plantado" un arma para hacer pasar el homicidio como un hecho de inseguridad.

Miño se encontraba prófuga desde el sábado último, cuando sus cinco compañeros fueron detenidos. Por el crimen también se encuentran detenidos el inspector Gabriel Isassi, el oficial mayor Fabián López y el oficial José Nievas, todos pertenecientes a la División Sumarios y Brigada de la Comuna 4 de la Policía de la Ciudad.