Los tres oficiales de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires detenidos por el homicidio de Lucas González, el adolescente de 17 años muerto tras ser atacado a tiros el miércoles 17 en el barrio porteño de Barracas, fueron indagados este lunes por los fiscales a cargo de la investigación.

El inspector Gabriel Isassi, el oficial mayor Fabián López y el oficial José Nievas, quienes prestaban servicios en la División Sumarios y Brigadas de la Comuna 4 de la Policía de la Ciudad, fueron trasladados a la alcaidía de los tribunales porteños y conducidos ante los fiscales Leonel Gómez Barbella y Andrés Heim.

Los policías están detenidos desde el sábado y hasta el momento permanecieron alojados en dependencias de la Superintendencia de Investigaciones de la Policía Federal Argentina (PFA).

Fuentes judiciales informaron que Nievas y López afirmaron haber disparado sus armas contra el auto en el que la víctima se trasladaba con sus amigos por el barrio porteño de Barracas. Isassi no hizo ninguna referencia al respecto.

Los acusados relataron haberse bajado del auto Nissan Tiida de la División Sumarios y Brigadas de la Comuna 4 al grito de "policía" y con los chalecos identificatorios puestos. También aseveraron que hicieron sonar la sirena, aunque no encendieron las luces azules porque "no funcionaban".

Ninguno de ellos aceptó responder preguntas, pero confirmaron que se encontraban trabajaban en la villa 21-24 en el marco de una investigación ordenada por la fiscalía 20 vinculada a la venta de drogas. Afirmaron, asimismo, que el auto de los adolescentes se movilizaba en "en actitud sospechosa" y lo siguieron, aunque negaron que haya existido una persecución. 

Manifestaron que los jóvenes evitaron la identificación y ante esa situación, se sintieron en peligro y dispararon. Ninguno de los tres dijo haber visto armas en poder de los adolescentes.

El hecho ocurrió cerca de las 9.30 del miércoles 17 pasado cuando Lucas y sus tres amigos salieron del club Barracas Central -donde el primero jugaba y los restantes habían ido a probarse- y fueron interceptados por los policías sin identificar, de quienes intentaron huir al pensar que iban a robarles.

De acuerdo a la pesquisa judicial, los efectivos dispararon y balearon a Lucas, tras lo cual detuvieron a sus amigos y quisieron simular que se trataba de delincuentes a los que interceptaron cuando querían robar un kiosco.

Según la autopsia, Lucas murió a raíz de un impacto de proyectil de arma de fuego en el cráneo que le provocó una "hemorragia meningoencefálica" y, además, presentaba un surco en el pómulo derecho de una segunda bala. El fallecimiento del joven se produjo el jueves 18 en el hospital El Cruce, de Florencio Varela.