Tras un largo período de aislamiento en el cual no hubo clases presenciales, impactan las investigaciones que prueban que los niños del norte de nuestro planeta habrían perdido su dominio en las matemáticas y la lengua, mucho más que en los tres meses de vacaciones de verano ordinarias.

Esta revelación reafirma una realidad: la información se puede adquirir en cualquier sitio de la web, pero el proceso de enseñanza es mucho más que eso.

El intercambio entre el docente y el estudiante es lo que lleva a la modificación de los procesos de abstracción y racionalización. Esto quiere decir que los niños necesitan de otro para su etapa de aprendizaje, especialmente, de los contactos grupales en la escuela.

La evidencia siempre ha demostrado que los aprendizajes grupales son muy beneficiosos y que todo lo que hacemos que nos pone en contacto con la opinión del otro, nos ayuda a posicionar nuestros propios ideales para crecer, poder pensar y salir de nuestra única opinión.

Sabemos que los chicos han tenido un impacto emocional importante. El aburrimiento ha sido casi un síntoma predominante en los últimos meses de la etapa escolar y los distintos estudios nos demuestran que esto se ha manifestado a través de irritabilidad, berrinches, enojos y miedos. Sin embargo, hoy cuando se escucha que algunos han regresado a las colonias y a los clubes, se manifiesta una inmensa felicidad y no se presentan quejas.

La realidad es que, en este sentido, la falta de contacto físico con otros chicos, puso en evidencia que somos seres sociales por naturaleza y que desde muy pequeños necesitamos del contacto del otro; no nos alcanza con la pantalla para sentirnos acompañados, queridos y divertidos.

Beneficios de la neuroplasticidad para el aprendizaje

A pesar de que estemos cerca de cumplir un año sin regreso a clases, los seres humanos tenemos un cerebro plástico, lo cual significa que lo que no aprendimos en un momento podemos recuperarlo más adelante. 

En este sentido, cobra mucha importancia la estimulación, la cual hace que se exprese en mayor o menor medida la inteligencia de un niño. Por lo tanto, el haber estado fuera del training escolar institucional durante todo un período completo de un año, hace que se pierda todo lo que tiene que ver con prestar atención a la clase, de trabajar con un “otro” al lado, compartir los conocimientos en un área de discusión e intercambiar. Todo esto hace a la estimulación, lo cual no tiene que ver con el desarrollo cognitivo de un niño, que depende de otras cuestiones.

Cuando hablamos de lo cognitivo, referimos al potencial de inteligencia que tiene un niño, por ende, esta no va a mermar o incrementarse con escolaridad. El aislamiento no pudo haber ocasionado un retraso cognitivo, pero sí, un retraso de los saberes y de la posibilidad de haberse familiarizado con conceptos necesarios para avanzar en el proceso de aprendizaje.

Nuestro país ya venía con cierto desfasaje educativo, con lo cual esto nos impacta en una situación donde muchos de nuestros niños están en desventaja educativa notable en relación a otros.

A pesar de este contexto, si pudiéramos, sería bueno darles a los niños un respiro durante este verano. Este año probablemente tengamos que luchar en diferentes momentos con altas de contagio que posiblemente nos lleven de vuelta a estar aislados. Es momento de que los niños descansen y, que los adultos, puedan idear una solución para poder recuperar este tiempo perdido.