La decisión del Gobierno de no extender la rebaja en las retenciones para la soja y el maíz desató un nuevo frente de tensión con el campo.

Carlos Castagnani, presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), fue uno de los primeros en poner en palabras el descontento del sector. “Esperábamos que se mantuviera la medida por el contexto actual. Con precios internacionales en baja, altos costos internos y fuerte presión impositiva, esto agrava aún más la situación”, aseguró.

Aunque el Ejecutivo mantuvo la rebaja solo para el trigo y la cebada, el gesto fue leído como insuficiente. En declaraciones a Rivadavia AM 630, Castagnani remarcó que “la rentabilidad es nula en muchos casos, y directamente de quebranto en otros, especialmente para quienes están lejos de los puertos”.

A pesar del escenario adverso, el presidente de CRA aclaró que la relación con el Gobierno sigue abierta, aunque no sin diferencias. “La relación es buena. Hay diálogo frecuente. Pero, por supuesto, tenemos diferencias y se las hacemos saber. Esta medida era clave para sostener al productor”, explicó.

El malestar se da en un contexto de incertidumbre, donde el sector agropecuario reclama previsibilidad y condiciones más estables. 

Castagnani subrayó que el productor responde cuando hay señales claras: “Con trigo y cebada, que sí conservaron la baja de retenciones, ya se ve un mayor entusiasmo para sembrar. Todo lo que no se va en impuestos, el productor lo reinvierte en tecnología y fertilizantes”, indicó.

Antes de cerrar su análisis, lanzó una advertencia que resuena fuerte en el corazón del agro: “El productor necesita certezas, porque está invirtiendo a riesgo. La marcha atrás con esta medida es una mala señal”.