A veces lo contrafáctico es un buen puente para arribar a hechos certeros: partiendo de la premisa básica de “lo que habría pasado si se hubiera…” se puede arribar a conclusiones con evidencia científica. Es lo que ocurre con la muerte de Diego Maradona, donde la principal búsqueda de los investigadores tiene que ver con las acciones que pudieron realizarse para evitar el deceso de uno de los hombres más trascendentales de la historia moderna.

Esta noche, antes de las 21, se conocerán las pericias complementarias. Son los resultados de los análisis toxicológicos e histopatológicos que develarán más verdades ocultas en el cuerpo de Maradona. El informe contendrá las sustancias ingeridas por Diego en sus últimos días con vida: no se cree que haya drogas ni alcohol, aunque de hallarse se agravaría el panorama de los involucrados. Lo que sí tiene factibilidad de ocurrencia es que se detecte medicación psiquiátrica contraindicada en relación con el cuadro de salud del paciente.

También se sabrá cuál era el estado de los órganos de Diego antes de morir: si el hígado estaba cirrótico, cómo estaba el riñón y qué patología tenía el corazón. Es, explican, el paso de la macroscopía al análisis microscópico que se realiza en laboratorio de forma exhaustiva. Es la observación minuciosa del cuerpo humano más observado por la humanidad. El estudio, que los peritos entregarán a los fiscales esta tarde en Vicente López, permitirá a los investigadores complementar los datos preliminares de la autopsia, necesaria pero no suficiente a la hora de profundizar sobre las razones del fallecimiento. Del trabajo sobre cada órgano se pasará a un análisis múltiple y de allí surgirán las conclusiones.

Uno de los focos donde está puesta la lupa de la Justicia es en una cardiopatía crónica de Maradona diagnosticada hace unos 20 años en Punta del Este. En términos médicos, una “cardiomiopatía dilatada”. Como reveló Data Clave, el corazón tenía prácticamente el doble del tamaño de uno normal. Así, determinarán la conexión entre factores cardiológicos como la insuficiencia cardíaca y la hinchazón o “proceso edematoso”, algo que habían advertido las propias hijas de Diego en uno de sus últimos contactos. También se sabrá si el estado del paciente “era delicado, muy delicado o grave”.

Otra de las cuestiones fundamentales que saldrían a la luz esta noche es si Diego agonizó. Se cree que pudo haber habido una sintomatología no advertida de determinado tiempo, días o semanas. Esto tiraría por la borda la declaración del médico Leopoldo Luque, quien hizo referencia a una muerte súbita producto de un infarto masivo, un hecho inevitable. Y si se probara que no se atendió la sintomatología cardiológica de Maradona, la cuestión podría dar curso a la principal hipótesis en que la Justicia trabaja por estas horas: que habría habido mala praxis en el camino hacia el deceso del astro.

“TORSADES DE POINTES” 

Es una arritmia maligna que se desencadena por el "síndrome de QT largo" que puede ser congénito o adquirido. Cuando es congénito, puede ser causa de muerte súbita en deportistas con corazón normal (estructuralmente normal). Cuando es con medicación, hay ciertas medicaciones que aumentan el QT. El aumento del QT podría llevar a una arritmia maligna del tipo “Torsades de Pointes”. Se llama así porque es una taquicardia ventricular con torsada de puntas. Son latidos eléctricos muy rápidos y muy anárquicos que pueden derivar en una autolimitación y volver a ritmo normal solos -o desencadenar una fibrilación ventricular que es la arritmia previa a la muerte. Si en este punto no se genera un shock eléctrico no vuelve el paciente a su ritmo normal y fallece.

Los pacientes con taquicardia ventricular del tipo torsada de puntas son pacientes para los cuales se podría evaluar la indicación de un cardiodesfribilador implantable (CDI). Es una especie de marcapasos que se coloca en la misma posición del marcapasos y cuando censa un ritmo eléctrico "caótico", lo "choca" internamente al paciente. También puede ser útil un cardiodesfibrilidador externo. Para eso, la taquicardia ventricular debe estar probada. Es el proceso cardíaco por el cual se produce una “falla de la bomba”, una alteración de la frecuencia de eyección o del impulso eléctrico del corazón, que en el paciente se manifiesta como una arritmia ventricular.

Si no irriga la suficiente sangre al cerebro, el paciente puede desvanecerse. En el caso de Maradona, si se probara que hubo insuficiencia cardíaca, el organismo segrega líquido que puede ingresar al pulmón y así este órgano empieza “a asfixiarse”. Es un proceso que puede durar 24 horas y que genera manifestaciones observables en el paciente como la inflamación de pies y de brazos.

Maradona ya había tenido distintos episodios de este tipo, incluso algunos desmayos o caídas cobraron estado público. Se investiga si en la precaria internación domiciliaria en la que pasó sus últimos días también se cayó y se golpeó la cabeza contra la pared, algo que contó en su declaración el abogado querellante Mario Baudry. En Punta del Este, en el 2000, se le había detectado la patología. 

La Justicia se encamina a resolver que el cuadro que llevó a la muerte de Maradona tuvo una evolución y no fue tratado. Que no solo no hubo un tratamiento específico de la cardiopatía, sino que pudo haber habido medicación contraindicada. Desde las 17 se inicia la cuenta regresiva en la investigación para determinar las causales fundamentales de una muerte que, tal vez, pudo haberse evitado. Se encontrarán los peritos y los fiscales y difundirán datos del informe de un cuerpo que ya no está físicamente, pero que todavía tiene mucho para decir.