El exárbitro de fútbol Pablo Lunatti declaró como testigo en el juicio por la llamada Masacre de Wilde, uno de los peores casos de gatillo fácil en la historia de la policía bonaerense y que está siendo juzgado por un tribunal oral casi 30 años después.

Lunatti era el en 1994 dueño de la remisería en la que trabajaba como chofer Norberto Corbo, una de las víctimas del ataque de los agentes contra dos coches en los pensaban que viajaban delincuentes.

Lunatti declaró vía la plataforma Zoom en el juicio contra siete expolicías y recordó a Corbo con “cariño”, ya que era vecino suyo de la localidad bonaerense de Santos Lugares, y aseguró que era una “buena persona”, de “buena conducta”.

"Norberto era un muy buen tipo, un tipazo. Nuestra relación era un poco más que laboral, era casi de amistad”, señaló el exárbitro al declarar como testigo ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 3 de Lomas de Zamora, y luego afirmó que “nunca” le vio un arma de fuego a Corbo.

Lunatti era propietario de la remisería “Su destino” de Santos Lugares, en la que trabajaba como chofer Corbo, y a la que cerró poco tiempo después del hecho.

“Para los que estábamos en la remisería no fue algo fácil. Todos quedaron shockeados”, señaló el exárbitro.

Luego el TOC 3, conformado los jueces Marcelo Hugo Dellature, Luis Miguel Gabián y Claudio Fernández, pasó a un cuarto intermedio hasta el próximo jueves, cuando se espera que amplíe su declaración indagatoria el excomisario Roberto Mantel.

De esta manera se cerraría la etapa probatoria del debate, dando lugar a los alegatos, que se realizaran la semana entrante.

Además de Rodríguez y Mantel, son juzgados el excomisario Eduardo Gómez; los exoficiales Osvaldo Lorenzón, Julio Gatto y Marcelo Valenga; y el exsubteniente Pablo Dudek; todos en libertad.

En la causa se encuentra también imputado el exsubteniente Marciano González, quien sufrió un ACV hace poco más de un año y aún resta que se entregue una pericia médica que indique si está en condiciones o no de afrontar el proceso.

La "Masacre de Wilde" ocurrió el 10 de enero de 1994 y tuvo como víctimas al remisero Corbo y a sus pasajeros Gustavo Mendoza y Enrique Bielsa, quienes viajaban a bordo de un Peugeot 505; y al vendedor de libros Edgardo Cicutín, que se trasladaba en un Dodge 1500, conducido por Claudio Díaz.