Los casos de coronavirus en el Área Metropolitana de Buenos Aires dejaron de caer: las autoridades observan un amesetamiento de la curva de casos en los últimos días, que representa una señal de alerta mientras la flexibilización de actividades es casi total y hay cada vez más personas en la calle.

En este contexto, el Gobierno está pensando en activar el transporte público para todos los trabajadores. Los subtes, trenes y colectivos del AMBA han sido una preocupación para los funcionarios durante la pandemia por ser un posible foco de contagio en caso de aglomeraciones. Por tal motivo es uno de los servicios que aún permanece reservado a esenciales y algunos exceptuados, como los trabajadores de domicilios particulares que fueron habilitados en estos días.

Si el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, termina inclinándose por el sí, en la cartera conducida por Mario Meoni preparan algunos protocolos y empiezan a edificar la idea de qué representa la apertura. “Se está trabajando en eso, en sumar a todos los exceptuados”, cuentan fuentes cercanas al ministro. Explican que en la reglamentación vigente, en caso de trabajo presencial obligatorio, los empleadores deben garantizar el traslado de aquellos trabajadores no esenciales. Esto podría modificarse desde el lunes si los empleados tuvieran la posibilidad de llegar a su lugar de trabajo en transporte público. Aunque seguramente algunos sigan escogiendo proveer el servicio para evitar riesgos.  

En el Ministerio cuentan que “se apunta a todos los trabajadores”, aunque la reglamentación regiría para todos aquellos que estén contemplados en el listado de jefatura de gabinete. Esto podría oficializarse cuando se publique la extensión del DISPO en el Boletín Oficial, que vence el próximo 21, pero que hoy el Presidente anunció que se extiende hasta el 31 de enero. Sin embargo, se da en un momento de crecimiento de contagios en la región metropolitana por lo que la medida podría demorarse.

Las autoridades no creen que la habilitación y la apertura total de los medios de transporte genere un colapso en las unidades o un riesgo de mayores dimensiones. En días de la vieja normalidad unos 5 millones de pasajeros utilizaban subtes, trenes y colectivos. Actualmente hay unos 2 millones pero la cifra podría crecer ante nuevas flexibilizaciones. En el caso de los colectivos, cuentan con 12 mil unidades pero confían en poder extender ese número a 18 mil para aumentar las frecuencias, asegurar el distanciamiento, respetar el protocolo de pasajeros parados y reducir aglomeraciones.

La decisión del Gobierno, en medio de tensiones por la llegada de la vacuna y por un número de contagios que dejó de caer en Buenos Aires, se conocería el próximo lunes. El desafío parece logístico, operativo. El cambio de ecuación podría significar muchas más personas en los mismos espacios. Aunque todo parece estar avanzado, todavía existen dudas de si es el momento más oportuno para que todos los trabajadores vuelvan a los medios de transporte.