Se sabe: las bandas narcos se disputan el control del territorio a los tiros. Y esa violencia se traslada a los barrios, ya sea en Rosario, o en el conurbano bonaerense. La mecánica es la misma, con los mismos resultados.

Un nuevo ejemplo de esta clase de enfrentamientos, ocurrió durante la noche del miércoles en Florencia Varela, en el sur del Gran Buenos Aires, donde murieron tres personas como consecuencia de una guerra de bandas y dos resultaron heridas, incluido un nene de 12 años.

Los vecinos no se sorprendieron por lo que pasó; dicen que las las peleas son constantes y que están en un estado de abandono.

Fuentes policiales dijeron a Data Clave dijeron que los autores de las muertes serían dos hombres apodados Yaka y Taddeo, de nacionalidad paraguaya, quienes según testimonios de los vecinos, se enfrentaron a los tiros con otros hombres que integraban otra banda narco y con quienes peleaban por el dominio del terreno.

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Efectivos de la comisaría 4a. de Florencia Varela llegaron en la noche del miércoles a la esquina de las calles Iberá y Ciudadela, de esa localidad luego de un llamado al 911 que advertía sobre un violento tiroteo.

Una evidencia de la magnitud del tiroteo es que en el lugar se secuestraron casi 50 vainas servidas, además de un cargador que los narcos perdieron en la retirada y varias bolsitas con paco.

Una vez que los efectivos llegaron hasta la zona del tiroe vieron que a pocos metros del puente del Arroyo Las Conchitas, sobre la calle Ciudadela, había un hombre fallecido, quien fue identificado como Matías La Rosa (32), y junto a su cuerpo entre 15 y 20 envoltorios de color negro, que se supone eran de paco.

A metros de ese hombre había otro, de entre 25 y 35 años, también muerto, boca abajo, y debajo de él varios envoltorios de las mismas características que los encontrados junto al otro cadáver, detallaron las fuentes. Por lo que se supone que era paco también.

En simultáneo, la policía constató que dentro de uno de los domicilios de la cuadra había una joven de 18 años fallecida, identificada luego como Milagros Paola Saavedra, quien presentaba una herida de arma de fuego.

Según el testimonios de familiares de la joven, todo se originó cuando dos grupos de hombres, en medio de una presunta disputa narco por la venta de estupefacientes, se enfrentaron a tiros y su hija que estaba en la calle ingresó a la casa herida de un balazo en la espalda, en el omóplato izquierdo.

A su vez, los policías tomaron conocimiento de que a pocas cuadras del lugar, en Ruiz Díaz y Ancasti, había un hombre herido de un balazo en la zona de la ingle, quien fue identificado como Guillemo Aguirre (28) y trasladado por una ambulancia local del SAME al hospital local, donde se encuentra en estado reservado. Vecinos del barrio dijeron a los investigadores que Aguirre es soldado de una de las bandas que se enfrentó a tiros.

Por último, los efectivos tomaron conocimiento del ingreso de un niño de 12 años al hospital de Berazategui, con una herida de bala en uno de los hombros. Allí las versiones son contradictorias. La madre del chico dijo que se encontraba cenando en su casa, ubicada en la zona donde se produjo el tiroteo, cuando recibió el disparo. 

Otra versión, en cambio sostiene que el chico es el hijo de un soldado de una de las bandas que se enfrentó a los tiros, que tiene como misión avisar a los jefes cuando la policía llega hasta el barrio.

Cualquiera sea la versión correcta, se trata de un chico de 12 años que quedó internado en el hospital, fuera de peligro, según indicaron las fuentes. Los vecinos dijeron que vieron en la zona a Yakka y Tadeo, con armas y los responsabilizan de las muertes en la noche del miércoles.

La fiscal Vanesa Maiola, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 6 de Florencio Varela, ordenó las pericias correspondientes en el lugar y dispuso la identificación de los integrantes de ambas bandas.

La causa quedó caratulada como “triple homicidio y lesiones", añadieron las fuentes.