La justicia tucumana resolvió dictar la prisión preventiva por 45 días para el padre del niño de un año que permanece internado en grave estado desde domingo pasado, cuando se intoxicó por ingerir accidentalmente cocaína en una vivienda ubicada en un barrio del este de la provincia, informaron fuentes judiciales.

Durante una audiencia de formulación de cargos que tuvo lugar ayer, la Unidad Fiscal de Atentados contra las Personas, a cargo Pedro Gallo, imputó a los padres del niño “por el delito de abandono de persona doblemente calificado por resultar un grave daño en la salud de la víctima y por ser cometido por sus progenitores, en calidad de autores”.

Según informaron voceros del Hospital de Niños de la capital tucumana, donde el pequeño ingresó el domingo pasado, el niño "continúa en terapia intensiva, con pronóstico reservado”.

A su vez, el auxiliar fiscal, Gustavo Benjamín Zavalía, señaló se trata de un hecho "enmarcado en el contexto de violencia intrafamiliar" y remarcó que "lo que importa es el interés superior del niño".

"En virtud de ello se ha producido este hecho donde ha resultado gravemente lesionado un menor a raíz de una intoxicación de sustancias, en este caso, cocaína”, precisó.

Zavalía indicó que del informe socioambiental realizado surgió que la vivienda donde ocurrieron los hechos “no es un ambiente propicio para el niño y para la niña de 9 años que también habita en ese domicilio”, y además sostuvo que “desde el inicio de la investigación los padres están tergiversando los hechos, con versiones contradictorias, y entorpeciendo las evidencias”.

Siguiendo esa línea, el fiscal solicitó al juez interviniente 6 meses de prisión preventiva para ambos adultos, sin embargo, el magistrado dispuso 45 días para el padre y medidas de menor intensidad para la madre, a pedido de la defensa, que no fueron especificadas.

Con respecto a la resolución emitida por el juez, el Ministerio Público Fiscal (MPF) adelantó que “será impugnada”.

El funcionario judicial señaló que “restan pruebas por producirse, entre ellas, el peritaje a un teléfono secuestrado ayer durante el allanamiento a la vivienda donde sucedieron los hechos y la declaración en Fiscalía del testigo que socorrió a la madre hasta el policlínico de Banda del Río Salí, donde el niño fue llevado en un primer momento, para luego ser derivado al Hospital del Niño Jesús”, por la complejidad del su estado.

Sobre los antecedentes del padre del menor en otros procesos, el representante del MPF mencionó que el imputado "posee una causa que se tramita ante la Unidad Fiscal de Violencia Familiar y de Género II, referida a amenazas contra una expareja, con pedido de captura del 12 de abril de 2022 y, en relación a ese caso pesa sobre él una desobediencia judicial”.

De acuerdo con las pesquisas, la madre del niño (de 28 años), al ser interrogada por la policía declaró que el domingo pasado se encontraba cocinado en la casa donde vive con el menor y su pareja -padre del pequeño-, ubicada en el barrio El Palomar de la Banda del Río Salí, cuando vio que su hijo convulsionaba en el piso.

La mujer contó que, al intentar reanimarlo, se dio cuenta que al lado de su hijo había un envoltorio que se usa para cubrir una fracción de cocaína, por lo que lo llevaron a un centro médico de la zona, y los médicos que lo atendieron decidieron derivarlo al Hospital de Niños.

El pequeño ingresó al hospital con paro cardiorrespiratorio y pudo ser reanimado por el personal de salud.

Según la madre, el niño pudo haber ingerido accidentalmente la dosis de esa sustancia que pertenecía a su hermano, quien había ido a su casa a realizar un trabajo y se le pudo haber caído. No obstante, el padre del menor (39) también declaró y su versión no coincidió con la de su pareja.

El hombre primero responsabilizó a su cuñado, pero luego habló de otros tres sujetos que ingresaron a su vivienda a cortar leña, a quienes -dijo- podría pertenecer la dosis que ingirió el bebé, y después reconoció que él también es adicto.