Kubero Díaz y el regreso de los Abuelos de la Nada: "Miguelito siempre quiso que esta banda fuera eterna"

Los tiempos cambian, pero la vigencia sigue intacta. Después de 35 años de postergaciones, los Abuelos de la Nada vuelven al ruedo y con un disco nuevo que sale a la cancha con promesa de ser cantado por todos sus fanáticos.

Conservando lo "viejo" pero adaptado a los nuevos ritmos, la legendaria banda de Miguel Abuelo publicó un trabajo llamado "Los Abuelos de la Nada y Amigos", donde se pueden apreciar 11 canciones, de las cuales nueve son reconocidos clásicos, mientras que dos pertenecen a composiciones inéditas.

"Costumbres Argentinas", "Himno de mi Corazón", "Así es el Calor", "Cosas Mías" y "Lunes por la Madrugada" son algunas de las canciones que aparecen en este nuevo álbum, donde participaron grandes bandas y artistas como Ricardo Mollo, Natalie Pérez, Bándalos Chinos, El Kuelgue y Benjamín Amadeo, entre otros.

La disposición táctica de los Abuelos corresponde a "Cosas Mías", el último álbum que sacaron con "Miguelito" en vida. Con el liderazgo de Gato Azul Peralta (voz y percusión), hijo de Miguel Abuelo, se destacan Juan Del Barrio (dirección musical y teclados), Kubero Díaz (guitarra y voz), Gringhi Herrera (guitarra y voz), Sebastián Peyceré (batería), Alberto Perrone (bajos) y Frankie Langdon (voz).

En el marco de una gira que se aproxima por el Gran Buenos Aires, con fechas para volver a tocar en el Teatro Coliseo, Kubero Díaz, considerado como uno de los mejores guitarristas de país, conversó con Data Clave: "En aquellos momentos de locura, hacer rock and roll no era nada fácil, es como que todo está más accesible".

"El desarrollo de la humanidad es más complejo y todo se va yendo hacia otros ritmos. Nosotros logramos que los pibes se entusiasmaran en querer cantar en nuestro propio idioma", manifestó el artista entre risas y entusiasmo por el nuevo proyecto.

Data Clave: ¿Cómo fue este reencuentro, luego de tantos años de espera?

Kubero Díaz: El tiempo es veloz (se ríe). El heredero de Miguel Abuelo, el Gato Azul, nos citó para este nuevo proyecto. Fue él quien vino a casa a visitarme, temblando por si le decía un “no” como respuesta. Haber recibido la propuesta me generó mucha emoción y terminé aceptando rápidamente. Enseguida nos sumamos todos, aunque nunca estuvimos desconectados.

DC: ¿Qué desafío importante volver al ruedo, no? ¿Qué es lo más difícil 35 años después?

KD: Totalmente. Punto uno, cantar a la altura de Miguel Abuelo es muy difícil (se ríe). Es imposible hacerlo con tanta claridad, swing y rock and roll, solo él lo tenía. Lunes por la Madrugada, que lo tocamos con Ricardo Mollo, que hizo una versión maravillosa, está hecho en LA mayor para la voz de Miguel. Y por más que Ricardo canta hermoso y con mucha fuerza, no llegaba a esa altura. Tuvimos que bajarlo un tono, y es un trabajo que venimos haciendo con todas las canciones.

DC: ¿Cómo fue volver a ensayar?

KD: Estamos en una época más tranquila que en la locura de esos años, donde había mucha agitación en todos los estudios (risas). Yo encima venía de Ibiza, donde era la cuna de la locura. Ahora lo estamos haciendo de una forma más natural, disfrutándolo de alguna manera. Los años pasan y uno tiene que estar tranquilo y vivir el momento. Miguelito siempre quiso que esta banda fuera eterna, y le prometimos que así iba a ser. Él decía: “Si a mí me pisa un camión, ¿qué hacen ustedes, se termina la banda?”.

DC: Hay muchas bandas que los acompañaron en el disco que tienen mucho de los Abuelos de la Nada. Se me vienen a la mente los casos de Vándalos Chinos y de El Kuelgue, por citar algunos. Es como que la influencia de los 80’ todavía perdura en algunas bandas…

KD: Vos sabes que la primera vez que vi a Vándalos Chinos me pegó por ese lado. Dije: “estos son los herederos de los Abuelos de la Nada”. Me encantó la energía de esos pibes, siempre les presté atención. Todos los artistas que participaron hicieron un gran trabajo. Lo que escuché me encantó, pusimos todas las pilas para sacar un buen disco y arrancar de nuevo.

DC: ¿Cómo ves a la juventud de hoy en el mundo de la música?

KD: Trato de no estar descolocado. Tengo una nieta que por ejemplo toca violín, piano y guitarro. Hoy los pibes vienen muy abiertos a aprender un montón de cosas que en nuestra época no era tan así. Hoy entras a internet y tenés todo a disposición. En aquellos momentos de locura, hacer rock and roll no era nada fácil, es como que todo está más accesible.

DC: ¿Y esto último es positivo o negativo para el rock and roll?

KD: Yo lo veía hasta hace un tiempo como que nosotros teníamos que crear la “cosa”. Sabíamos que existía Led Zeppelin, pero de ahí a verlos o algo así llegó más tarde. Entonces no teníamos muchas referencias visuales, te ubica diferente, para los pibes que comienzan es muy bueno. Lo nuestro era una cocina propia, estábamos ocho horas por día con la cofradía para ensayar y poder provocar un buen show. No es tan fácil actualmente. El desarrollo de la humanidad es más complejo y todo se va yendo hacia otros ritmos. Nosotros logramos que los pibes se entusiasmaran en querer cantar en nuestro propio idioma.

DC: El disco nuevo claramente muestra que hubo trabajo y se le dio frescura a ritmos que ya de por sí tienen vigencia. Sin embargo, son canciones que ya existen. ¿Tuvieron miedo de recibir alguna crítica sobre eso?

KD: Hay de todo, obvio. La gente que se me acerca y los amigos recibieron la noticia como una alegría enorme. La expectativa es tocar, que se escuche bien, vamos a hacer lo posible para que eso pase. Por suerte volvemos al Coliseo, donde tocamos en marzo y dimos un show fantástico. Y no fue fácil eh. Lo más difícil fue la pandemia que nos agarró. Cuando arrancamos, hicimos una tocada en Perú, bajamos de avión y se terminó todo. Hay que ser fuertes y duros para soportar esos sacudones. Pensá que nosotros somos siete y tenemos la sala de ensayo en lo de Juan del Barro. Fue difícil poder juntarse y trabajar con comodidad, no es fácil en este momento.

DC: ¿Los Abuelos de la Nada se vuelven a juntar con la expectativa de seguir componiendo?

KD: Cuando uno comienza a componer es como que lo sigue haciendo siempre, es una necesidad. Yo tengo cosas sueltas y todos vamos viendo lo que uno tiene para componer. Por ahora hacemos nuevas interpretaciones y formas de ver el tema. Remontamos un tema que está en “Cosas Mías” que se llama “Región Dura”. Es un tema que compusieron Miguelito y Chocolate Fogo, que quizás se recuerda y pasa poco por lo triste y pesado del tema. Entonces a eso decidimos ponerle un poco de reggae e inyectarle un poco de alegría, y quedó buenísimo. Lo que notamos es que estamos descubriendo cosas nuevas dentro de la obra.

DC: Ahora van a presentar el disco y los espera una gira por el Gran Buenos Aires. ¿Qué esperan como resultado?

KD: Espero que me entren algunos pesos (se ríe). Ojalá que todos nos sintamos armoniosos y que estemos felices de poder hacerlo. Pero ya se vio una energía especial con la banda. Te juro que en el Opera sentimos la presencia de Miguel Abuelo. En un momento, antes de arrancar el show, quedó todo apagado luego realizar de la prueba de sonido. Miguelito usaba esos fierritos que cuelgan uno al lado del otro, y uno de mis compañeros me dice ‘che, sonó ese instrumento como si lo hubiera tocado alguien’, y no había nadie. Inmediatamente pensamos que estaba él al lado nuestro. Y después arrancó el show con una previa de imágenes mostrando sus fotos en los mejores tiempos, fue muy emotivo.