L-Gante y las sombras que lo acercan a Yao Cabrera y Pity Álvarez
Las hermanas M podrían llevarlo nuevamente a la cárcel. Se lo acusa de trata. Sospechas puestas en operativo policial en el que se lo detuvo.
La caída en desgracia de Elián Ángel Valenzuela, conocido como L-Gante, parece no tener fin. En diciembre de 2023, fue condenado a tres años de prisión en suspenso por amenazas coactivas y daños. Pero el caso no se detuvo ahí. Nuevas acusaciones contra el cantante y su entorno lo posicionan en el centro de una investigación federal que involucra delitos graves como trata de personas y corrupción de menores.
Con tintes que evocan los casos del youtuber Yao Cabrera y del músico Pity Álvarez, ambos también arrastrados al abismo judicial, la historia de Valenzuela cuestiona no solo al mundo del espectáculo, sino también a un sistema judicial que parece tambalear entre las sombras del encubrimiento y la falta de rigor.
De los tribunales a la sospecha
El Tribunal Oral en lo Criminal N.º 3 de Mercedes, presidido por el juez Ignacio Racca, dictó la sentencia inicial contra L-Gante. Pero mientras la opinión pública debatía si el cantante era víctima de estigmatización por sus orígenes humildes, la Procuraduría de Trata de Personas (PROTEX), encabezada por los fiscales Marcelo Colombo y Alejandra Mangano, destapó un entramado mucho más oscuro.
Según la denuncia presentada por una fundación que asiste a víctimas de trata, un allanamiento realizado el 6 de junio de 2023 en la vivienda de Valenzuela en Moreno reveló indicios alarmantes.
La DDI de Moreno/General Rodríguez, bajo la orden del fiscal Leandro Ventricelli, no habría registrado deliberadamente la presencia de menores de edad en el lugar. Entre ellas, Milagros J., quien según los denunciantes, fue deliberadamente omitida de las actas. “En el video del operativo, viralizado masivamente, se puede observar en el lecho del detenido a jóvenes mujeres menores de edad. Una de ellas, la Srta. Milagros J., tenía datos de filiación que fueron alterados”, detalla el documento.
La “Mafilia” bajo la lupa
El entorno de L-Gante, autodenominado “La Mafilia”, también está en la mira. Los denunciantes lo describen como un grupo mafioso dedicado a intimidar a víctimas y testigos. La PROTEX, con pruebas recopiladas, trasladó el caso al Juzgado Federal N.º 1 de Morón, a cargo del juez Martín Ramos y el fiscal Sebastián Basso. La causa, calificada como trata de personas con fines de explotación sexual, podría derivar en penas de prisión efectiva.
“Es el momento de dejar claro que si en ese allanamiento había menores de edad, que si se fraguaron las actas, que si los empleados judiciales y policiales fueron arreglados, lejos está este caso de ser un acto de estigmatización”, señaló el manager Jorge Zonzini. “Si un juez le dice públicamente al condenado que tiene poder, está claro que juega para las cámaras, no para la verdad”.
Distracciones mediáticas
La figura de Yao Cabrera, recientemente condenado a cuatro años de prisión por trata de personas y corrupción de menores, se entrelaza con la de L-Gante. Ambos compartieron proyectos, como el evento “La Gran Pelea” en el Teatro Gran Rex, y las denuncias sugieren que podrían formar parte de un esquema criminal conjunto. Cabrera utilizaba plataformas como OnlyFans para captar menores vulnerables, explotándolas con fines sexuales. En el caso de Valenzuela, las sospechas apuntan a un modelo similar.
En paralelo, la denuncia sugiere que Valenzuela se benefició de un “operativo distracción”. Conflictos amorosos con figuras como Wanda Nara y Tamara Báez ocuparon titulares, minimizando el impacto de las acusaciones judiciales. Los abogados de Valenzuela y Cabrera, Alejandro Cipolla y Guillermo Gastón López, fueron acusados de entorpecer las investigaciones mediante amenazas y manipulaciones mediáticas.
“No se trata de discriminación, sino de hechos delictivos”, afirmó Zonzini. “Un sector del panelismo prefiere proteger a quienes generan rating, dejando de lado a los menores vulnerables”.
El sistema bajo sospecha
La investigación avanza con el respaldo de la PROTEX y el entrecruzamiento de datos entre juzgados de Morón, Campana, Escobar y San Martín. Sin embargo, el caso también expone las grietas de un sistema judicial que, según la denuncia, no está exento de connivencias. ¿Hasta dónde llegarán las ramificaciones de esta trama? Por ahora, lo único claro es que la justicia se enfrenta a una de sus pruebas más complejas, mientras las similitudes entre Valenzuela y figuras como Yao Cabrera y Pity Álvarez revelan un círculo vicioso de fama, poder y delito.