La Corte Suprema de Justicia de Santa Fe reconoció en un fallo los daños que pueden causar los agrotóxicos en los humanos y ordenó que las fumigaciones con glifosato se realicen a más de 1000 metros de las zonas urbanos para resguardar a los habitantes.

La causa que llegó hasta el máximo tribunal provincial se inició en 2016 en la comuna de Piamonte, tras un planteo realizado por una familia por los daños que estaba provocando las pulverizaciones con agroquímicos en sus hijos.

En principio, la sentencia del Juzgado de Primera Instancia en lo Civil, Comercial y del Trabajo de San Jorge reconoció el derecho a incluir pruebas en los recursos de amparo y, con base en los peritajes ofrecidos, tuvo en cuenta el daño genotóxico que producen los herbicidas.

A partir de ello estableció el límite de mil metros y declaró la inconstitucionalidad de dos artículos de la ley provincial 11.273, que regula la materia, y de la ordenanza 9/2020 de Piamonte. La provincia, la comuna y los productores apelaron la decisión judicial pero la Corte Suprema de Santa Fe dejó firme el fallo.

"A partir de este momento, la sentencia podrá ser invocada en toda Santa Fe para establecer otras distancias que alejen las fumigaciones y permitan la defensa de la salud, la vida y el ambiente", destacó la abogada Eugenia Boccio, representante de la familia que accionó contra el Estado provincial, la comuna y los productores.

El glifosato es un herbicida que se utiliza desde hace años en forma masiva para combatir las malezas en los cultivos y aunque hay evidencias de que su uso puede provocar daños en la salud, sus fabricantes alegan que las pruebas no son concluyentes.

En Estados Unidos hay decenas de casos en los que que la Justicia falló en favor de quienes alegaron ser perjudicados por los agrotóxicos y el caso de Santa Fe es relevante porque se trata de una de las principales provincias agropecuarias, junto a Córdoba y Buenos Aires.

El peritaje médico incluido en la causa determinó que la familia presentaba daño genético, sobre todo las mujeres y en particular la niña Abigail por la exposición a los agroquímicos en el pueblo de 3500 habitantes.

“Es la única niña en el núcleo familiar, de 9 años de edad. Según el examen físico, es una niña saludable, eutrófica (con buen estado de nutrición), escolarizada, que realiza deportes en el club del pueblo. Sin antecedentes patológicos personales desde su nacimiento hasta los 5 años, que comienza con broncoespasmos respiratorios a repetición”, destaca la abogada.

Se agrega que la niña dio positivo en estudios de genotoxicidad (daño en el ADN) y que esos valores se deben a la exposición a agroquímicos. La perito médica marca que el daño genético durante la infancia es predictivo del desarrollo de cáncer en adultos sanos.

Pese a que en 2015 la Organización Mundial de la Salud (OMS) clasificó al glifosato como “probablemente cancerígeno para los seres humanos”, el Senasa no volvió a reclasificarlo y sigue siendo considerado clase III o IV (“C” o “D”, para la ley vigente), es decir “poco peligroso”.