En una reunión conjunta de las comisiones de Tránsito y Transporte, de Asuntos Constitucionales y de Justicia, la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires comenzó a discutir el denominado "Plan Integral de Convivencia Vial", impulsado por el Gobierno porteño.

El texto ingresó formalmente días atrás y tiene por objetivo “fomentar la conducción responsable y propender a la baja de la siniestralidad en nuestra Ciudad”. Clara Sanguinetti, directora general de Diseño e Implementación de la Subsecretaría de Planificación de la Movilidad, explicó que la meta es recudir en un 50% las víctimas fatales por siniestros viales para el 2030.

Según datos oficiales, en 2019 se registró la cifra más baja de los últimos 10 años, que representa un descenso del 30% respecto al año 2018. Casi la mitad de las víctimas fueron motociclistas (47%) seguidos por los peatones (33%), ocupantes de automóvil (12%), ciclistas (7%) y ocupantes de transporte de pasajeros (1%).

La Legislatura porteña comenzó a debatir el “Plan Integral de Convivencia Vial”

Los siniestros de tránsito siguen siendo la causa principal de muerte en jóvenes. El 60% de las víctimas fatales tenían entre 15 y 44 años de edad; y la edad promedio de los fallecidos es de 37 años, según datos oficiales.

El proyecto se enfoca en el proceso de la licencia, como también la educación vial y capacitación de los formadores que instruyen al 50% de las personas que obtienen la licencia en la Ciudad. Asimismo hace hincapié en las penas y sanciones para los conductores que manejan bajos los efectos del alcohol.

Según sus fundamentos, “se pretende intervenir en todas las instancias que transitará el conductor: desde el momento que obtiene la licencia de conducir, evitando que las personas que no son aptas para conducir un vehículo puedan hacerlo, ya sea que tal ineptitud surja como consecuencia de no poseer idoneidad suficiente o porque su accionar en la vía pública ha sido negligente, imprudente o doloso”.

Se propone, entre otras cuestiones, que el examen practico sea en la calle con autos con doble comando obligatorio y así reemplazar el circuito cerrado y, además, se contempla la virtualidad de los cursos de educación vial. También se modifican las vigencias de las licencias, con más tiempo en las franjas de 16 a 49 años para “premiar a las personas que conducen bien”.

Entre los puntos más importante se prevé incorporar una falta especial en el Régimen de Faltas y sancionar "con multa de 150 a 1000 unidades fijas y con inhabilitación de 60 a 120 en forma conjunta a los conductores que conduzcan con un nivel de alcohol en sangre superior a 0.5 gramos de alcohol por litro de sangre, pero inferior a 1.0 gramo del alcohol por litro de sangre". Idéntica sanción se establece respecto de conductores de motovehículos.

Se contempla también duras sanciones para el caso de los conductores que conducen vehículos con un nivel de alcohol en sangre superior a 1.0 gramo de alcohol por litro de sangre, o bajo la acción de otras sustancias que disminuyen la aptitud para hacerlo. Se estipula una multa de 300 a 2000 unidades fijas o 1 a 10 días de arresto, como también la inhabilitación que irá desde los seis meses a los dos años.

Asimismo, se prescribe que todos los conductores de automóviles pasibles de la sanción de multa e inhabilitación por conducir bajo los efectos del alcohol "deberán aprobar un curso específico por alcoholemia de educación vial dictado por la Secretaría de Transporte y Obras Públicas".