La muerte de la joven Daiana Abregú en un calabozo de la comisaría de Laprida, un pequeño pueblo del interior bonaerense, puede ser un problema a largo plazo para el gobierno nacional y provincial, debido ya está por convertirse en una bandera para los organismos de derechos humanos que respaldan a la familia en su reclamo de justicia.

Daiana murió el 5 de junio, luego de haber sido detenida durante la mañana de ese domingo, acusada de haber causado disturbios en la calle. Horas más tarde estaba muerta. Los policías dijeron a la familia que se había ahorcado con las mangas de su campera mientras estaba en el calabozo.

Por el hecho hubo cinco agentes detenidos y procesados, pero luego el fiscal a cargo de la causa decidió dejarlos en libertad, tras un controvertido informe elaborado por la Policía Federal, que sostenía la tesis del suicidio, pese a que la segunda autopsia que se realizó al cadáver lo descartaba en forma terminante.

Ahora el caso de Daiana fue tomado por Amnistía Internacional para sumarlo a la campaña internacional que realiza todos los años con el objetivo de "lograr un cambio en la vida de quienes sufrieron violaciones de derechos humanos o que están en peligro".

"Para ello, personas en todo el mundo se unen para escribir cartas, enviar mensajes y tuits, y firmar peticiones en favor de estas personas. Estas cartas no son solo una expresión de solidaridad, sino también sirven para exigir a las autoridades que pongan fin a estas violaciones y reparar los daños causados", explica el organismo.

Mariela Belski, directora ejecutiva de la entidad en la Argentina, dijo que “desde Amnistía Internacional acompañamos el reclamo de su familia para que se esclarezcan los hechos y se condene a los responsables. Las autoridades deben tomar todas las medidas necesarias y urgentes para investigar de manera exhaustiva y garantizar el derecho a la verdad, justicia y reparación de la familia de Daiana”.

Amnistía recordó que los policías habrían reconocido en sus declaraciones que incluyeron información falsa en el libro de guardias de la comisaría y se contradijeron respecto de las inspecciones realizadas en el calabozo y en el cumplimiento de sus funciones mientras custodiaban a Daiana. 

"Las primeras pericias indicaron que se había tratado de un ahorcamiento autoinfligido. Sin embargo, estos resultados fueron poco confiables ya que no cumplieron con los estándares internacionales mínimos. Una segunda autopsia indicó que la joven no tenía lesiones en el cuello compatibles con el ahorcamiento, sino que presentaba signos de asfixia por sofocamiento", precisó la entidad. 

Más allá del resultado de las pericias, la información que circuló en el pueblo es que la joven había sido víctima de una práctica de "submarino seco": le habrían puesto una bolsa en la cabeza, de ahí las lesiones en el cuello.