La producción metalúrgica cayó un 12,1% en 2024, con retrocesos en todas las provincias
Mendoza y Buenos Aires fueron las provincias más afectadas, con retrocesos superiores al promedio. El empleo también registró una leve contracción interanual del 1,3%, mientras que la capacidad instalada estuvo por debajo del promedio anual.
La Asociación de Industriales Metalúrgicos (Adimra) publicó su informe mensual de actividad correspondiente a diciembre, confirmando un año complicado para el sector. La industria metalúrgica cerró 2024 con una caída acumulada del 12,1% en la producción, mientras que diciembre registró un descenso interanual del 3,1%.
En términos de capacidad instalada, el uso promedio fue del 52,5%, lo que representa una baja del 2,2% respecto al mismo mes de 2023 y un 8,4% menos que el promedio anual.
El impacto de la sequía, los altos costos financieros y las complicaciones económicas a nivel nacional afectaron particularmente a Mendoza, que cerró el año con una caída del 7,4%, y a Buenos Aires, que registró un retroceso del 5,6%, ambas cifras superiores al promedio nacional.
En cuanto a los subsectores, todos mostraron cifras negativas, con retrocesos que van desde el 4,2% hasta el 13,2%, salvo por los rubros de Maquinaria Agrícola y Carrocerías y Remolques, que lograron mantenerse estables tras ser golpeados severamente por la sequía en 2023.
El empleo en el sector tampoco quedó exento: el informe muestra una disminución interanual del 1,3% y una leve contracción mensual del 0,1% en diciembre, consolidando una tendencia preocupante.
Por otra parte, se observó un leve repunte mensual del 1% en diciembre en comparación con noviembre, pero esto no alcanzó para revertir la contracción anual acumulada.
Adimra destacó que estos resultados reflejan las dificultades del sector para adaptarse al contexto económico actual, marcado por la inflación, las altas tasas de interés y un consumo interno debilitado. Según el informe, las expectativas para 2025 dependerán de la implementación de políticas que fomenten la inversión y reduzcan los costos operativos.
El desempeño de la industria metalúrgica suele ser un termómetro de la economía argentina debido a su estrecha relación con sectores clave como la construcción, el agro y la automotriz. Con una capacidad instalada por debajo del 60% y retrocesos generalizados en la producción, el panorama para 2025 luce desafiante.