El descarte de 400 vacunas que perdieron la cadena de frío en Olavarría caló hondo en la política. Es un momento delicado de la pandemia y mientras se aceleran las negociaciones con otras farmacéuticas, la distribución de las 300 mil dosis de Sputnik V se planificó sin margen para imponderables como los que empezaron a aparecer en las últimas horas y por los cuales la Provincia ya pide explicaciones sobre lo ocurrido en el municipio gestionado por el intendente Ezequiel Galli.

La teoría del atentado o sabotaje ya suena en los pasillos de la gobernación, aunque por ahora no hubo pronunciamientos por canales oficiales. Anoche, en una entrevista con C5N, el viceministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak, dijo que no podían asegurar que no se tratara de un boicot, luego de reclamar que se investigaran los hechos. Sin embargo, de comprobarse esa hipótesis -con la que ya trabaja la Justicia- todavía se desconocen los móviles de un posible accionar intencional en las fallas en el tratamiento y el cuidado del fármaco.

En el Ministerio de Salud sostienen que “hasta donde alcanzó el operativo de Nación, en plan se llevó a cabo a la perfección”. Creen que lo que ocurrió después ya es potestad de la Provincia, ya que cada distrito tiene su política sanitaria. Aunque por ahora eligen cierta cautela hasta la resolución del conflicto y de la investigación judicial en curso, manifiestan preocupación por la pérdida de las 400 vacunas que quedaron inutilizables: “No es una situación para nada grata”, sueltan.

400 médicos olavarrienses que iban a ser vacunados en la primera etapa no lo serán y allí radica el malestar del Gobierno. Desde adentro, creen que “tiene toda la pinta de un boicot” y plantean más dudas respecto de la conservación de los antídotos: “Los freezers tienen grupo electrógeno. Si fuera solo un corte de luz, se podría haber bancado la cadena de frío”, sostiene un alto funcionario de la cartera sanitaria nacional.

En la Provincia, en cambio, sí tienen una postura más dura frente a las autoridades locales. Luego de iniciarse la investigación, creen que es “al menos sospechoso” y que “sería una vergüenza” que se confirmara que hubo dolo. “Es muy raro que un freezer se pase de temperatura y en el mismo acto deje de funcionar la cámara que lo controla un domingo a la madrugada”, cuentan fuentes cercanas al ministro de salud bonaerense.

Esta mañana, en diálogo con Radio Provincia AM 1270, el fiscal general Marcelo Sobrino explicó que "lo que se denuncia es que se encontraron con que el freezer que contenía esas 400 vacunas estaba a 26 grados, no estaba desenchufado y no se sabe si es un problema técnico o si hubo alguna actividad dolosa". Además, dijo que no se descarta ninguna hipótesis: “Estamos buscando los peritos específicos para determinar qué pasó. Las posibilidades son violación de normativas de pandemia o daño agravado, que prevé una pena de 4 años de prisión”. Haya o no haya habido intención, se establecerán las responsabilidades y del caso y la causa avanza en esa dirección.

El intendente de Olavarría, Ezequiel Galli, dijo que puso a disposición las cámaras de seguridad municipales para que la fiscalía a cargo trabaje con imágenes: sostuvo que “si fue un sabotaje hay que ir hasta las últimas consecuencias” aunque dejó clara la mirada del municipio: “Me cuesta creer que se haya tratado de un boicot”, expresó en diálogo con A24.

La gobernación de Axel Kicillof busca respuestas sobre lo ocurrido: si fue un atentado a la salud pública, surgirá la pregunta de si tuvo que ver con un móvil político. El jefe comunal de Juntos por el Cambio busca bajar las tensiones mientras en Nación empiezan a convencerse de que no se trató de una falla mecánica como planteó Galli. Por ahora, las 400 vacunas descartadas parecen desatar una guerra fría que a la espera de la definición judicial puede redefinirse como una guerra por el frío.