Avanza la investigación sobre la muerte de Maradona y la Justicia se encamina hacia la hipótesis de la negligencia médica que podría dictaminar que el fallecimiento de Diego fue evitable. El panorama procesal de los médicos encargados de la toma de decisiones y de los tratamientos en la última etapa de la vida del astro se complicó en las últimas horas, luego de revelaciones que surgieron del peritaje de los teléfonos y de pruebas halladas en los allanamientos. Además, la aparición del testimonio del cardiólogo Yamil Ponce envuelve a la investigación en otro manto de dudas.

De las pericias al Iphone de Agustina Cosachov se desprende que la psiquiatra eliminó todos los archivos de la memoria de su teléfono, hizo una copia a la nube de Icloud y encriptó el acceso a esa plataforma. La jugada virtual se realizó a las 9:12 del lunes 30 de noviembre, menos de un día después de que allanaran la casa y el consultorio de Leopoldo Luque.

Posteriormente, la psiquiatra entregó el dispositivo y las claves para ingresar, pero dijo haber olvidado cómo acceder a la “caja virtual” donde se encontraba el material. La Justicia interpreta que realizó las maniobras asesorándose con peritos informáticos en un operativo relámpago entre los procedimientos realizados en los domicilios y consultorios de Luque y los de la propia Cosachov.

El sistema de extracción forense no pudo absorber la información del celular de la médica de Maradona, que iba a ser transferida a un disco externo, archivada como confidencial y anexada al expediente. “Vamos a ver lo que ella quiso que veamos”, señalan los investigadores. Cuentan fuentes con acceso a la causa que las probabilidades de recuperar el material son muy bajas. “Se descargó información pero no se pudo visualizar el contenido”, revelaron.

Otro punto importante son los mensajes que intercambiaron Luque y Cosachov en la última etapa. Allí habría mayores certezas: los dispositivos del médico permitieron acceder a las conversaciones con las cuales la fiscalía está elaborando una línea de tiempo: según pudo averiguar Data Clave, la cronología de las charlas aporta elementos de cargos que robustecerían la sospecha de la supuesta negligencia. Si la junta médica acredita mala praxis, “habrá elementos para ir por la hipótesis de la autoría”, según confirmaron a este medio.

Paralelamente, se investiga si Leopoldo Luque falsificaba la firma de Maradona para evitar burocracias y liberar documentación. Se encontraron tres hojas con rúbricas manuscritas que podrían ser imitaciones de la firma de Diego: ya realizan peritaje caligráfico para determinar si hubo delito y si corresponden al puño y letra del astro.

La pregunta que se hace la Justicia es ¿qué firmaba Luque? Se cree que pudo haber conseguido, entre otros archivos y a través de la presunta falsificación, retirar la historia clínica de su paciente de la Clínica Olivos. Cabe aclarar que el uso de un documento privado tiene que provocar algún perjuicio: el delito se configura cuando la falsificación es un medio para alcanzar un fin, pero no constituye una infracción penal per se.

En tanto, un testimonio que rompió el silencio en las últimas horas podría agravar la situación judicial del equipo médico de Maradona. Yamil Ponce, especialista en cirugía cardiovascular, contó en una entrevista que fue llamado por “una médica” para asistir a Diego Maradona en su internación domiciliaria. Por la relevancia de sus dichos, fue citado a prestar declaración testimonial el próximo lunes. La médica no sería Cosachov e investigan de dónde pudo haber venido el llamado.

Fuentes de la investigación creen que “es llamativa” la convocatoria a un cardiólogo. Maradona padecía una miocardiopatía dilatada pero no tenía en su equipo médico un profesional abocado a tal fin ni un médico clínico. También está bajo la lupa el kinesiólogo Nicolás Taffarel, quien no estaría matriculado ni habilitado a ejercer y declarará entre martes y miércoles.

El descontrol generalizado en los últimos días de vida, desde la externación, pudo haber llevado a Diego a una muerte evitable. Episodios no tratados a tiempo, decisiones erráticas y una lluvia de nuevas pruebas encaminan a la Justicia a la hipótesis principal de la mala praxis.