El 81% de las empresas en Argentina no tiene identificada la existencia de una brecha salarial entre hombres y mujeres, según el relevamiento realizado por la consultora Mercer a 338 compañías. Del 19% de empresas que sí la ha identificado, el 57% manifestó estar realizando acciones concretas para minimizarla o eliminarla, tales como ajustes anuales, traqueo de gaps con planes de mejora o análisis de equidad.

De las compañías participantes de la encuesta, el 86% respondieron que la diversidad e inclusión forma parte de los valores corporativos. No obstante, sólo el 68% realiza acciones o cuenta con iniciativas al respecto y únicamente el 38% cuenta con un comité de Diversidad e inclusión.

La paridad de género es un tema que está presente en la agenda del 71%, pero sólo el 48% realiza acciones de concientización, las que incluyen charlas (76%), campañas (66%), capacitaciones (47%).

“Es necesario pasar de las promesas a la acción y a la responsabilidad. Observar de forma honesta los datos para comprender cuáles son las brechas en oportunidades, experiencia y remuneración. Una cosa es lo que decimos que haremos y otra es lo que realmente hacemos, lo ideal es que coincidan, pero muy a menudo no es así. Esto se llama intervalo de 'decir-hacer' y nos sorprendió descubrir varios de ellos en nuestra última investigación. Sólo siendo conscientes de las brechas antes mencionadas una empresa podrá ser plenamente reconocida como diversa e inclusiva y predicar con el ejemplo, a través de los principios empresariales que mejor conoce: estrategias convincentes y resultados concluyentes”, destacó Cecilia Giordano, CEO de Mercer.

El 80% de las compañías incluidas en la muestra lleva registro sobre la proporción de mujeres y hombres en los distintos niveles y áreas. Identificada la brecha de participación, sólo el 46% está realizando acciones concretas para reducirla. De este grupo de empresas, las acciones que se realizan son la revisión de la política de reclutamiento, dar prioridad a las mujeres en la selección, cuota de género en la presentación de candidatos tanto interna como externa, definición de cupos mínimos, programas para desarrollar el liderazgo de mujeres.

“Soy una convencida que el cupo es una medida extraordinaria para disminuir la brecha de género, no desde el prejuicio o BIAS de que no hay mujeres, sino desde el convencimiento que hay extraordinarias mujeres que están invisibles. Existe un sesgo inconsciente que el cupo va a llenar los puestos de dirección de mujeres incapaces, y eso claramente es un sesgo. Alguien se pregunta si las personas que hoy ocupan esas posiciones son capaces, o sólo nos dejamos llevar por nuestro sesgo de que los hombres que llegan por el cupo invisible de los hombres son todos capaces y el cupo impuesto en mujeres es injusto y sólo va a traer mujeres incapaces”, destacó Giordano.

Respecto a las denuncias por violencia de género o acoso laboral, el 75% de las organizaciones posee un protocolo de acción.