La investigación por la muerte de Maradona avanza y suma nuevos cargos sobre los encargados de la salud del astro en sus últimos días con vida: ahora el psicólogo, el enfermero que hizo el turno de la madrugada del día de la muerte y la enfermera que lo relevó fueron imputados bajo la misma calificación que Leopoldo Luque y Agustina Cosachov. Además, la fiscalía de San Isidro citó a declaración testimonial a la cocinera Romina Milagros "Monona" Rodríguez y solicitó abrir los dos iphones de Maradona.

Se cree que tanto Charly Díaz como “Ricardo” (así se presentó ante la Justicia) y Dahiana Madrid tuvieron distintos grados de injerencia en las decisiones presuntamente negligentes que llevaron a Diego a una posible muerte evitable. En el caso de los enfermeros, pertenecían a una tercerizadora y fueron quienes emitieron los últimos informes: el hombre declaró que cuando se fue a las 6:30 Maradona dormía y respiraba y la mujer, que escuchó que Maradona se había levantado a orinar a las 7:30 pero que no entró a la habitación.

Horas después de lo que declararon los enfermeros, Diego moriría y se develarían las condiciones en las que permanecía internado en la casa del barrio privado San Andrés de Tigre. La Justicia cree que hubo agonía y en los próximos días (que pueden ser varios) la Junta Médica definirá si coincide con la hipótesis de la mala praxis.

En el caso de Díaz, la ley de Salud Mental podría complicarlo: según la normativa, psicólogo y psiquiatra son equivalentes e intercambiables y fija como requisito para la internación la firma de al menos dos profesionales -uno de los cuales debe ser necesariamiente psicólogo o psiquiatra. Además, la singular legislación habilita a un psicólogo a diagnosticar psicopatologías, a internar y a externar. 

El estado psíquico en el que estaba Diego, que la psiquiatra Agustina Cosachov adulteró, pudo haber motivado un pedido de internación por parte del psicólogo del astro que tampoco existió. Sí lo hizo la Swiss Medical, pero Luque y una de las hijas firmaron la externación pese a que ni la prepaga ni la clínica creían que fuera posible una domiciliaria con las complejidades que tenía la salud del paciente.

Es el caso del coordinador de los enfermeros el que genera falta de consenso entre los investigadores. Es quien habría dado las indicaciones en los partes de la enfermera Madrid, aunque los enfermeros respondían a los médicos. “Si coadyuvó a la muerte es un tema técnico”, cuentan fuentes con acceso a la causa. Tenía un rol administrativo, pero no estaba en el núcleo de la atención médica y hay argumentos a favor y en contra de una posible imputación.

Mientras tanto, continúan las transcripciones de los chats entre los acusados. La fiscalía trabaja en estas horas para reunir elementos probatorios. Los números de imputados varían según las diferentes implicancias en el caso y existen discusiones entre las autoridades judiciales para esclarecer la red de decisiones que pudo conducir al deceso del Diez.