El homicidio de Valentino Blas Correas a manos de la policía sigue generando conmoción en Córdoba y la causa avanza en dos frentes: detenciones e imputaciones a los policías y allanamientos en la clínica que negó atención al chico herido de muerte.

Aunque en el ministerio de Seguridad de la provincia dicen extraoficialmente que el caso está resuelto, habrá novedades en las próximas horas. El miércoles se conocerán avances en la investigación, según adelantó la fiscalía a este medio.

Al momento hay cinco policías imputados y cuatro detenidos. La Justicia cree que los efectivos que participaron del operativo de cercamiento al auto de los chicos tiraron a matar. En las últimas horas, el subcomisario Sergio González recibió acusación por encubrimiento agravado y omisión del deber de funcionario público. Lo investigan por su responsabilidad sobre los patrulleros que participaron de los hechos.

La clínica Aconcagua, que no atendió a Blas cuando estaba agonizando, está en la mira del fiscal José Mana. Allí, el viernes, se realizó un allanamiento y se secuestró una computadora: buscan a los empleados que trabajaban allí en la fatídica madrugada del sábado 6.

La hipótesis es que Correas nunca llegó a la clínica. Las imágenes que difundieron medios cordobeses muestran al joven malherido sobre el pavimento frente al centro de salud. Al respecto, en estas horas podría oficializarse la primera imputación al personal del sanatorio. La institución no hizo pública ninguna declaración.

Así llegó Blas Correas a la clínica Aconcagua

Los cabos Lucas Gómez y Javier Alarcón están detenidos y acusados de homicidio agravado por el uso de arma de fuego y de homicidio en grado de tentativa por los disparos realizados a matar. Sin embargo, las acusaciones a los efectivos no serían las mismas: el más complicado será el policía que disparó la bala que mató a Blas, mientras que el agente que disparó a las ruedas y rompió una cubierta recibiría una acusación menor. En tanto, se comprobó que cinco proyectiles alcanzaron el auto: una de las balas perforó la capucha de uno de los amigos de Correas y otra quedó incrustada en un apoyacabezas. Se investiga si en el operativo de cercamiento del Fiat Argo en el que iban los chicos los policías los recibieron apuntándolos o si desenfundaron cuando los tenían enfrente.

La policía detenida iba en uno de los dos patrulleros y está imputada por plantar el arma en el Argo ya detenido para acusar a los jóvenes. La Justicia cuenta con imágenes de cámaras de seguridad que la complican. Wanda Esquivel está acusada por encubrimiento e incumplimiento de sus deberes. Se supo que pidió domiciliaria apoyándose en su condición de madre soltera. En tanto, la cuarta agente, que iba en el otro móvil, recibió una imputación por no avisar a las autoridades pero no quedó detenida.

Una medida de la fiscalía podría hacer ruido en el corto plazo: podrían imputar al amigo de Blas que manejaba el auto por evadir el control policial. El joven tiene 18 años y creen que pudo evitar el retén a toda velocidad por miedo a un test de alcoholemia.

En tanto, el gobernador de Córdoba Juan Schiaretti recibiría a la familia de la víctima en los próximos días.