El fiscal Oscar Ciruzzi solicitó este miércoles la prisión perpetua para Sonia Soloaga (36), la policía de la Ciudad acusada de haber torturado y asesinado en junio de 2019 a un matrimonio que vivía en el barrio porteño de Parque Avellaneda.

Las víctimas, Alberto Antonio Chirico (71) y su esposa María Delia Speranza (63), fueron baladas para robarle entre 70.000 y 80.000 dólares, con los que planeaba pagar un viaje a Disney para su hija.

El titular de la Fiscalía General N°7 consideró que Soloaga debía ser condenada por los delitos de “robo agravado por su comisión con arma de fuego, en concurso real con el delito de homicidio triplemente calificado por haber sido cometido con alevosía, y para consumar el otro delito y lograr la impunidad y por haber sido cometido con un arma de fuego, en concurso real con falsa denuncia”.

En un alegato, que se había postergado por dos semanas porque Ciruzzi estuvo enfermo con Covid-19, el fiscal, ya recuperado, también solicitó que sea condenado el segundo acusado, el también policía porteño y por entonces novio de Soloaga, Diego Alberto Pachilla (37), por ser responsable del delito de “encubrimiento doblemente agravado por tratarse el hecho precedente de un delito especialmente grave y por ser funcionario público”, tal como había planteado en el requerimiento de elevación a juicio la responsable de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°1 Estela Andrades, señalaron en Fiscales .gob.ar.

Para este imputado, pidió a los jueces Alejandro Noceti Achaval, Gabriel Vega y Gustavo Rofrano, una pena de tres años de cárcel, al considerar que fue la persona que ayudó a la señalada autora del doble crimen en hacer desaparecer el arma homicida, la pistola 9 milímetros que la acusada primero denunció como que le habían robado en un asalto y luego como perdida en un baño.

Para el fiscal, esa “doble falaz versión” de Soloaga tuvo como único objetivo justificar la desaparición de la pistola reglamentaria Pietro Beretta que, según la acusación, fue el arma homicida y nunca fue hallada.

Además, el fiscal requirió que ambos efectivos de la Policía de la Ciudad sean inhabilitados para ejercer sus cargos por un plazo de 10 años.

“El conocimiento previo que existía entre Sonia Soloaga y las víctimas es lo que lleva a que les quite la vida para evitar cualquier tipo de reconocimiento”, resaltó el fiscal Ciruzzi en su alegato.

El representante del Ministerio Público Fiscal sostuvo el requerimiento de elevación a juicio de la fiscal de instrucción Estela Andrades y en ese sentido dio por probado que Soloaga, quien en aquel momento trabajaba en la comisaría 9C de la Policía de la Ciudad, cometió el crimen entre las 12 y las 14.30 del 11 de junio de 2019, en la casa del matrimonio, ubicada de la calle Eugenio Garzón 3581, zona donde ella cubría servicio de parada.

“Al lugar ingresó la nombrada cuando le habilitaron el acceso. Primero ejerció violencia sobre ambas personas y con unos golpes consigue que le señalen dónde tenía guardada una suma importante de dinero, entre 70 y 80 mil dólares y entre 50 y 60 mil pesos”, detalló.

El fiscal sostuvo que luego de conseguir el dinero, Soloaga ejecutó a cada uno de los miembros del matrimonio de “un disparo en la cabeza” y que para ello utilizó “un almohadón bordó” con el objetivo de “disminuir y amortiguar el ruido”, y también “para no verle la cara a la víctima”.

Es que más allá de que la propia Soloaga, al declarar en juicio su inocencia dijo que nunca había entrado a la casa de los Chirico, Ciruzzi dio por probado que eso es mentira y que ella tenía una relación de confianza con el matrimonio, por los dichos de las propias víctimas.

El fiscal recordó que la hija de las víctimas, María Florencia Chirico, declaró en el debate que su madre le dijo que esa mujer policía solía entrar a la casa para usar el baño y no le gustaba porque “hacía preguntas raras” sobre cambio de dólares, mientras que su padre le dijo que era “amiga” y que le solía convidar café con leche.

Como posible móvil del crimen, Ciruzzi sostuvo el robo del dinero y mencionó además la deuda que Soloaga tenía con la empresa de viajes “Funtime” para poder pagar un viaje a Disney que le quería regalar a su hija por su cumpleaños de 15.

El 12 de mayo pasado, cuando se inició vía Zoom este juicio, Soloaga declaró que era "totalmente inocente" y que el verdadero asesino "se debe estar riendo" de ella.

En aquella oportunidad, y tal como ya había confesado en la causa, Soloaga también reconoció que fue falsa la denuncia que hizo el día del crimen de los Chirico respecto a que la habían asaltado y robado el arma y 300.000 pesos en Flores, y que la realidad fue que se había "olvidado" la pistola y el dinero cuando fue al baño de una estación de servicio.