“Soy un policía honesto, tengo 48 años, y 23 años de servicio, nunca tuve este tipo de problemas. Soy un policía pobre, vivo de mi sueldo y no quiero meterme en ningún problema. Si aprovechó el procedimiento para llevarse algo, yo no lo vi. No me di cuenta que se hubiera llevado dinero. Sólo lo conozco como compañero de trabajo, hace como un año. No tengo trato personal. No puedo dar fe de su conducta. Es más: no me cae bien, es muy soberbio”, dijo uno de los tres policías de la Ciudad detenidos acusados de llevarse dinero de una agencia de turismo a la que habían acudido por un robo.

“Allanaron mi casa, me detuvieron. Fue todo muy terrible ver las caras de mis hijos sin entender lo que pasaba. Lo conozco poco y nada. Nunca trabajé con él. No puedo dar fe de su comportamiento. Estoy muy angustiada y asustada. Esto es un cuento de terror para mí", declaró la otra agente detenida.

En los dos casos desligaron la responsabilidad en el tercer detenido por el robo. En su casa se encontró la bolsa de dinero que había desaparecido cuando los tres policías acudieron el miércoles último a una agencia de turismo situada en la Avenida Corrientes al 900, donde se había producido un violento robo.

Los ladrones se llevaron miles de pesos y escaparon. Las víctimas llamaron al 911 y enseguida arribaron tres policías de la comisaría vecinal 1D que tras informarse de lo que había pasado se fueron a perseguir a los asaltantes.

Al retirarse los uniformados, los empleados de la agencia de turismo notaron que les faltaba una bolsa de color negra que en el interior tenía 4 millones de pesos en fajos termosellados. Uno de los trabajadores aseguró que los delincuentes no se la habían llevado y que, al momento de llegar la Policía, la bolsa estaba en el lugar.

La sorpresa vino cuando revisaron las cámaras de seguridad del hall del edificio, ubicado a metros del Obelisco, y observaron cómo uno de los efectivos se retiraba con la bolsa debajo del brazo izquierdo con los millones.

El dueño, de inmediato, llamó a la comisaría para contar lo que había sucedido, creyendo que se trataba de un error. Sin embargo, le confirmaron que en el acta de procedimiento no mencionaba ningún secuestro de ese monto.

De esa manera, la víctima radicó una denuncia en la cual intervino el fiscal Eduardo Rosende, quien revisó las cámaras de seguridad y le pidió al juez Pablo Bebebino allanar y detener a los tres efectivos que participaron del procedimiento.

El magistrado autorizó todo lo que le pidió el fiscal y, además, realizó una descripción detallada del hecho. Los tres agentes en cuestión, además de ser apresados, fueron pasados a servicio pasivo.

En las filmaciones se observan distintos movimientos de los efectivos, pero el más importante es el que sucede en el hall de entrada del edificio. Allí, se ve la recepción, los ascensores y la escalera, y curiosamente, por donde los efectivos descienden a pesar de que las oficinas robadas estaban en el séptimo piso y el ascensor estaba disponible.

La decisión de descender de esa manera fue porque en el ascensor había cámaras de seguridad. En los videos se ve claramente que primero baja por las escaleras un efectivo con un teléfono celular en la mano y se retira, mientras que luego, la oficial mujer y detrás el policía que abraza el paquete negro en cuestión.

El fiscal dispuso una serie de allanamientos y en la casa del agente identificado como P.A.D. situada en la calle Entre Ríos al 1900 del barrio porteño de Parque Patricios, se encontró la bolsa con el dinero. Los tres efectivos policiales permanecen detenidos en distintas dependencias de la Policía Federal.