Redescubren archivos nazis ocultos desde 1941 en el subsuelo de la Corte Suprema argentina
Mientras se preparaban los archivos para el nuevo museo judicial, los empleados encontraron cajas con documentos del régimen de Hitler que habían sido ingresados al país en plena Segunda Guerra. La Corte ya comenzó el relevamiento para establecer su valor histórico y posibles vínculos con el Holocausto.
En medio de una mudanza que parecía rutinaria, funcionarios de la Corte Suprema de Justicia se toparon con un hallazgo que podría reescribir parte de la historia argentina del siglo XX. Mientras se reorganizaban los archivos del máximo tribunal para dar lugar al futuro Museo de la Corte, encontraron cajas repletas de documentos nazis que habían sido incautados en 1941 y luego, olvidadas por más de ocho décadas en el subsuelo del Palacio de Tribunales.
El contenido fue descubierto de manera accidental, pero la reacción fue inmediata: el presidente de la Corte, Horacio Rosatti, ordenó preservar el material y encarar un inventario exhaustivo. El pasado viernes, se abrió formalmente el conjunto de cajas, con presencia de representantes de la comunidad judía, investigadores del Museo del Holocausto de Buenos Aires, y expertos en conservación patrimonial. “Estamos ante un hallazgo de enorme valor histórico que merece una investigación seria y cuidadosa”, afirmaron desde el entorno judicial.
La historia detrás de esas cajas se remonta al 20 de junio de 1941, cuando 83 bultos llegaron al puerto argentino a bordo del vapor japonés Nan-a-Maru, provenientes de la embajada alemana en Tokio. Aunque fueron presentados como “efectos personales”, la cantidad y el contexto generaron sospechas en la División de Aduanas, que detuvo el despacho y dio aviso a Cancillería, entonces encabezada por Enrique Ruiz Guiñazú.
La intervención de la Comisión Especial Investigadora de las Actividades Antiargentinas, presidida por el radical Raúl Damonte Taborda, permitió abrir cinco cajas al azar. Allí apareció de todo: postales de propaganda nazi, miles de libretas del partido nacionalsocialista en el exterior, fotografías y documentos de agrupaciones alemanas con presencia en Argentina. La embajada del Tercer Reich pidió su devolución, pero la comisión se opuso por considerar que había contenido “lesivo para las naciones aliadas”.
El juez federal Miguel Luciano Jantus terminó incautando el material y derivando la causa a la Corte Suprema al tratarse de un asunto con una potencia extranjera. Pero con el correr de los años, el expediente y las cajas quedaron relegados, hasta ser redescubiertos ahora. El director de Servicios Auxiliares, Marcelo Valente, dio el primer aviso tras detectar los bultos durante la reorganización, y el responsable del Centro de Asistencia Judicial Federal, Pablo Lamounan, activó el protocolo para su resguardo.
El material fue trasladado al cuarto piso del Palacio de Tribunales, en una sala especialmente acondicionada y con vigilancia reforzada. Allí se desarrollará un minucioso inventario a cargo del Museo del Holocausto, que buscará establecer si existen elementos claves para comprender mejor el alcance del nazismo en la región. Una de las hipótesis más sensibles es que haya pistas sobre la ruta del dinero nazi, un aspecto aún poco documentado del entramado global del Tercer Reich.
Esta iniciativa forma parte de un compromiso institucional más amplio: el 26 de diciembre de 2024, la Corte firmó un convenio con la Fundación Memoria del Holocausto y la Asociación de Abogados Judíos de la República Argentina, con el objetivo de promover la investigación y la memoria. El convenio, rubricado por Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti, busca profundizar las tareas de documentación y difusión vinculadas al Holocausto y su impacto en Argentina.
A partir de ahora, el proceso de análisis será coordinado entre especialistas judiciales y académicos, que deberán clasificar y contextualizar cada elemento hallado. El hallazgo podría dar pie no solo a nuevas investigaciones históricas, sino también a exhibiciones educativas en el futuro Museo de la Corte Suprema, cuya construcción ya está en marcha en el mismo edificio donde descansaban las cajas.