Guadalupe Belén Lucero, la niña de cinco años que desapareció en San Luis este lunes, sigue sin aparecer. Ya se realizaron 76 allanamientos sin éxito. No se encontró ningún rastro de la pequeña.

Adicionalmente desde el martes por la tarde se activó el Alerta Sofía, a cargo del Ministerio de Defensa, que consta en difundir de manera inmediata la imagen y la información sobre niños y adolescentes desaparecidos a través de dispositivos móviles y medios de comunicación masivos como la televisión. También se difundió su imagen por Missing Children, pero el paradero es incierto.

Desde que se denunció su desaparición, el lunes a las 20, el Gobierno provincial desplegó un operativo con más de 400 efectivos, a los que también se sumaron el sistema de Defensa San Luis Solidario, Bomberos Voluntarios y la Policía

Yamila, la mamá de Guadalupe realizó un pedido desesperado. Le pido al que se la llevó que me la devuelva sana, con vida sobre todo, porque no doy más. Solamente por no tenerla no doy más. La quiero conmigo con vida”, dijo en TN.

Y agregó: “El mensaje que le tengo a la persona que tiene a Guada es que me la devuelva. Es mi hija y tiene que estar conmigo. No tiene que estar con esa persona (que se la llevó), así sea mujer, así sea hombre. Quien la tenga la tiene que devolver porque es mi hija”.

La niña desapareció el lunes, entre las 19 y las 20, de la casa de su tía, situada en el barrio 544 viviendas, en la ciudad de San Luis.

Lucas Chacón, jefe de Relaciones Policiales de la provincia, señaló en declaraciones a TN que este miércoles se realizaron rastrillajes en once sectores en simultáneo para intentar dar con el paradero de Guadalupe.

El martes, la policía encontró restos de ropa cerca de un río pero la familia negó que pertenecieran a Guadalupe.

Por su parte, Eric Lucero, su papá, pidió que el Gobierno de San Luis disponga una recompensa para quien aporte información sobre la niña, mientras que Silvia, la abuela de la nena, pidió que los atienda el ministro de Seguridad provincial, Luciano Anastasia.

La niña vive en el barrio 208 viviendas de la ciudad capital, es de tez trigueña, tiene cabello lacio, por debajo de los hombros, un lunar en la mejilla izquierda, y al momento de su desaparición vestía una campera parca negra con capucha, buzo rosa y llevaba botas negras.