(De la redacción de DATA CLAVE) Tras la primicia de Data Clave por la muerte de un niño en Neuquén que ingirió dióxido de cloro, el Ministerio de Salud y la Sociedad Argentina de Pediatría emitieron un comunicado alertando de los efectos dañinos que produce esta sustancia.

Este medio adelantó que un niño de 5 años había llegado al Hospital de Plottier, a unos 15 kilómetros de la capital de Neuquén, en graves condiciones por una intoxicación. Murió en el centro de salud de baja complejidad a pesar de los intentos de reanimación por parte de los médicos del lugar.

Desde el área de pediatría de la institución le aseguraron a Data Clave que el pequeño había ingerido el líquido "en el ámbito familiar, con fines preventivos contra el covid-19". Pero no fue el único caso. Un adulto también perdió en la vida por consumir este líquido. Fue el 12 de agosto en Jujuy y su familia admitió que, con el objetivo de recuperarse de una fuerte gripe, el hombre de 50 años tomó por lo menos un litro y medio.

Ante esta situación, y teniendo en cuenta el peligro de información que circula en los medios de comunicación respecto de esta sustancia, la SAP brindó un comunicado explicando detalladamente los peligros y los efectos colaterales del dióxido de cloro.

"Debido a que el dióxido de cloro se descompone rápidamente en el aire formando cloro gaseoso y oxígeno, es improbable que se respiren niveles peligrosos de dióxido de cloro con el uso ambiental. Sin embargo, con el uso inhalatorio el dióxido de cloro podría absorberse a través de la vía aérea generando tos, ardor, irritación local (rinitis, bronquitis), disnea, edema pulmonar y cefalea ya que el dióxido de cloro y el clorito reaccionan rápidamente en el agua y por ende en los tejidos húmedos del organismo", explicaron los profesionales.

En la misma línea, sostienen que "en altas concentraciones o cantidades, podrían causar adicionalmente trastornos respiratorios secundarios al daño que causan estas sustancias en la capacidad de la sangre para transportar oxígeno".

Sobre los niños, advirtieron que beber dióxido "podría reducir la capacidad de la sangre para transportar oxígeno más rápidamente que en adultos", sumado a que "podría alterar el intercambio gaseoso a nivel pulmonar y generar hipoxia severa con requerimiento de asistencia ventilatoria mecánica", entre otras causas como "metahemoglobinemia, sobre todo en niños y en individuos con déficit de glucosa 6 fosfato dehidrogenasa".

Pegado a este informe detallando la peligrosidad del asunto, brindó también un comunicado el Ministerio de Salud alertando que el dióxido de cloro "no cuenta con estudios que demuestren su eficacia", sumado a que "en caso de síntomas compatibles con el COVID-19 no debe automedicarse y tiene que comunicarlo al sistema sanitario de su respectiva localidad para su correcta atención".

Esta problemática social se da luego que Viviana Canosa, periodista de Canal 9, como medida de rebeldía contra el Gobierno por la cuarentena obligatoria, ingiriera esta sustancia en televisión el vivo y con el argumento que "hace bien para la salud" y "para prevenir el coronavirus".