Walter Piancioli es uno de los tantos artistas que sufrió los efectos de la pandemia del coronavirus. Como bien dicen los artistas, son los primeros en empezar y los últimos en irse. El arte argentino vivió más de un año de encierro y con capacidad limitada para poder hacer shows y subsistir económicamente.

Durante el confinamiento, Los Tipitos tuvieron que adaptarse a la triste realidad. En el caso de "Willy", surfeó los desafíos del streaming y hasta compartió misas virtuales para sanar su alma y el de otras personas.

En una entrevista con Data Clave, hace un balance de estos dos años y cuenta cómo se la rebuscó una banda que nació en una época de crisis (1994) y que sobrevivió a la pandemia del coronavirus. Es más, sacaron un nuevo disco, que tienen pensado sacarlo a la luz en marzo-abril y con algunos adelantos en febrero.

"Venimos de una situación mundial muy jodida y estamos todos en una situación apremiante y de mucha incertidumbre, que genera mucho estrés. No sabemos qué va a pasar el mes que viene", declara.

Los Tipitos y el reencuentro con el público masivo en pandemia, en el último aniversario del partido de Tres de Febrero que conduce el intendente Diego Valenzuela
Los Tipitos y el reencuentro con el público masivo en pandemia, en el último aniversario del partido de Tres de Febrero que conduce el intendente Diego Valenzuela

Data Clave: ¿Cómo fue el reencuentro de ustedes con el público luego de tanta espera? El primero fue en Tres de Febrero, por el aniversario del partido. ¿Cómo se sintieron?

Walter Piancioli: Fue la primera vez que volvimos a tocar con masividad de público y todos juntos. Fue volver a la normalidad como antes, con escenarios grandes. En Córdoba y Capital hicimos algunos shows, aunque con capacidad reducida. En Córdoba también hice una pequeña gira como solista para representar mi disco "Innatural". Fue de a poco, pero en Tres de Febrero nos vimos por primera vez con mucha gente.

DC: ¿Cómo fue el proceso de la pandemia? ¿Tocaron mucho por internet?

WP: A ver, los streamings fueron un paliativo, un formato para los que están por el mundo, te quieren ver y no pueden viajar. Fue una forma de por lo menos poder hacer "algo". Las bandas seguimos manteniendo toda una estructura a la que hay que asistir y que cuesta dinero. Era hacer algo para que pueda entrar un poquito y costear los gastos. Hay muchas bandas amigas, que crecieron a la par nuestro, que no quisieron tocar porque no se adaptaban al sistema. Ojo, es difícil eh, tocar de forma virtual es una cosa muy fría. No tenés ida y vuelta, no hay clima con el público, por más que haya un chat habilitado y veas las "manitos" aplaudiendo. Es más, antes ni siquiera podíamos tocar juntos en un mismo lugar, yo incluso tuve que tocar solo desde mi casa, algo que se ve como muy inhumano. Tocas solo, en el living de tu casa... eran los grillos haciendo "cri cri". Porque aparte no sabes para cuánta gente tocas, capaz te enteras en el final, pero no te hacen saber si estás tocando bien, si la están pasando de buena manera... Era muy loco la verdad, no se parecía ni en pedo a lo que uno estaba acostumbrado. Te repito, sirvió para no perder contacto, pero el formato recital se perdió completamente.

DC: ¿Cómo hicieron Los Tipitos para poder bancar la estructura? ¿Pidieron asistencia al Estado?

WP: Nos tuvimos que endeudar, también recibimos asistencia. Nosotros, como compositores e intérpretes, tenemos una tarea ya hecha, entonces pudimos solventar algunos gastos, como los alquileres para que las cosas estén cuidadas en un depósito. Después hay cosas de la estructura que hay que seguir bancando, fue bastante difícil y hubo que repensar muchas situaciones. Los pibes de la técnica, por ejemplo, la pasaron muy jodido. Muchos que son músicos se dedicaron a dar clases, fue pilotearla y remarla de manera virtual. Hubo gente que no tenía herramientas para defenderse y tuvo que salir a hacer otros laburos, alejados de la música. Yo traté de echar manos en las redes para seguir teniendo tacto con el público. Usé mucho instagram para hacer vivos . Hacía conciertos y también la misa de los domingos con el padre César (conocido como el "cura rockero"). Le busqué la vuelta para seguir produciendo desde todos los lugares, tanto en lo económico como lo espiritual. Después de haber llegado a ciertos sueños que uno quería cumplir cuando era pendejo, era terrible ver como de golpe los veías tambalear. Psicológicamente no es fácil.

DC: ¿Tocaron mucho más seguido de lo que pensaban cuando volvieron los eventos masivos?

WP: Sí, se tocó bastante. Hubo giras de tres o cuatro fechas seguidas pero en lugares más chicos. Viajamos y capaz hacíamos shows acústicos con formatos más reducidos, tanto en lo económico como en el número de personas, por una cuestión lógica. El que te contrata no puede llevar bandas así, es como que te mencione también con Turf y Guasones, no está acostumbrado a ese tipo de contratos. Era poner la buena voluntad de todo para poder adaptarnos. Fue igual relativamente sencillo para nosotros acostumbrarnos al formato, porque nos gusta y los disfrutamos. Era armar un show de 20 canciones con guitarra, piano y bajo, sumado a la presencia de un asistente, un sonidista y nuestro mánager. Fue lo primero que hicimos para poder laburar.

Los Tipitos, en el cierre del show en Tres de Febrero

DC: ¿Sentís que hay canciones que excedieron a la banda? Es decir, no me imagino a Los Tipitos no tocando "Campanas en la Noche" o "Silencio", considerados hoy como clásicos del rock nacional.

WP: Es imposible no cerrar con esas canciones. Es una cuestión que te excede completamente. Cuando hacía las canciones, en ningún momento pensaba que iban a significar lo que hoy significan. No se te ocurriría nunca, creo que si lo pensas, no la terminas de componer por el vértigo que te da. Uno siempre tiene la ilusión, porque esa es tu zanahoria, el pensar de que a alguien le va a gustar. Pero lo que no pensas es que esta canción determinada va a ser lo que después fue. Mucha gente que conoce "Campanas en la Noche" no sabe quiénes somos, entonces significa que la canción te pasó por arriba.

DC: ¿Podrías contarme cómo fueron esas misas con el cura José?

WP: El padre César es el "padre rockero". Somos muy amigos y tuvimos esa idea en pandemia. Estábamos los dos, cada uno en su casa. Ambos lo pensamos como una forma de ayudar a la gente y ayudarnos a nosotros mismos. Todos los domingos, a las 11 de la mañana, tocábamos en instagram con el piano. Iba recién un mes del encierro, pero ya veíamos las noticias de que la cuarentena iba para largo. La verdad que tuvo un éxito rotundo, la gente necesitaba mucho contacto y mucha reflexión positiva para el bocho. Incluso nos hizo muy bien a nosotros, era muy loco.

DC: La banda surgió en 1994, momento en el que se empezaba a cocinar la megacrisis que explotó en el 2001. ¿Se podría decir que están acostumbrados a los "estallidos" y las crisis? ¿Cómo fue la carrera para ustedes en tiempos tan vertiginosos para el país?

WP: No sé qué es peor la verdad, es cómo le toca a cada uno. Esencialmente nos tocó a todos, pero fueron distintas. Del 94 al 2001 fue todo una crisis permanente, el estallido fue una consecuencia de una presión que se venía juntando. Viéndolo de acá, son todos intereses exteriores y de algunos sectores internos que generan esos crisis, cada vez se le ven más los hilos a esas cuestiones. En ese momento nosotros trabajábamos en los bondis para tratar de llevar adelante la banda. Era como estar en la altura de la superficie del agua, el que está en helicóptero ve todo más claramente, pero el que está en la superficie no ve la ola, y lo que uno intenta hacer es nadar y no hundirse. A nosotros nos encontró laburando, con la banda firme, entera, con proyectos musicales, compramos un colectivo y otras cosas. La banda creció mucho, a pesar de que me tocó el bolsillo, porque en la gorra, en lugar de ponerme pesos, me ponía lecops (bonos de emergencia emitidos entre 2001 y 2002 en la Argentina que funcionaban como moneda). La crisis no me tocó espiritualmente, fue una etapa de crecimiento, aún siendo una época de un desastre económico, donde incluso no nos querían dar plata o no podíamos sacar la suficiente para bancar giras que hacíamos en verano. Salvo excepciones, en general, los poderes responden a los poderes, y no a la gente.

DC: ¿Cómo ves la situación política del país?

WP: Complicada, como no podía ser de otra manera. Venimos de una situación mundial muy jodida y estamos todos en una situación apremiante y de mucha incertidumbre, que genera mucho estrés. No sabemos qué va a pasar el mes que viene. Y estamos hablando de la salud. Desde lo económico siempre la surfeamos, los argentinos somos bastante duchos para eso, pero como está la salud de por medio, lo hace más complicado. La veo difícil, pero no imposible, hemos salido adelante en situaciones peores.

DC: ¿Qué esperas de Los Tipitos para el futuro?

WP: Los Tipitos tenemos un disco nuevo que vamos a lanzar el año que viene, en marzo-abril, con un adelanto de un primer single en febrero. Siempre nos agarra laburando y generando cosas. Así que veo que el futuro va a estar divertido.