El Grupo de Asesoramiento Técnico (Technical Advisory Group-TAG) sobre Escuelas Seguras durante la pandemia de COVID-19, que aconseja a la OMS/Europa, presentó un informe sobre el estado de situación y brindó una serie de recomendaciones.  

El TAG resaltó que los niños y adolescentes se perdieron 22 semanas de clases en promedio, debido al cierre parcial o completo de las clases presenciales, a causa del coronavirus.

Según un informe de situación presentado, al 8 de marzo de 2021, 31 países de la región suspendieron las clases presenciales para algún nivel o para grupos etarios específicos, 10 países suspendieron las clases de todos los niveles educativos y pasaron por completo a la enseñanza a distancia, mientras que 11 países tienen clases presenciales, recurriendo a adaptaciones como el uso de mácaras, distanciamiento físico e higiene de manos.  

También advirtieron que existe una gran diversidad en la región en lo que respecta al requerimiento de los test rápido de diagnóstico de COVID-19. En 16 países hay una recomendación permanente o se exige la realización de un test rápido a estudiantes, docentes, no docentes o comunidades de origen.

En seis países se requiere un test diagnóstico rápido solo para los docentes, un país exige que los alumnos proporcionen un tests de COVID-19 con resultado negativo cuando se trasladan a la escuela y dos países le piden a los padres que presenten los tests cuando dejan o retiran a los niños del colegio.

Son 13 los países de la región que tienen una recomendación permanente o requerimiento para que los alumnos, docentes y no docentes usen máscaras cuando están en el ámbito escolar.  

El TAG fue creado para aconsejar a la OMS/Europa en aspectos relacionados a la escuela en tiempos de COVID-19. Esto incluye recomendaciones respecto a la epidemiología de la transmisión en la escuela, prevención y control, medidas de salud pública y sus efectos en el desarrollo y bienestar de los chicos en edad escolar.

Este grupo de asesores consideró que aunque haya una mayor diseminación de las variantes más contagiosas de COVID-19, no hay evidencia que las escuelas contribuyan en una mayor transmisión comunitaria. Adicionalmente, señaló que los cierres de las escuelas por sí mismos no controlarán la pandemia y que las medidas como el distanciamiento físico, el uso de máscaras, la limpieza de manos y la ventilación, aplicadas de una manera apropiada de acuerdo a la edad, podrían permitir que las escuelas se mantengan abiertas con los números crecientes de personas infectadas en la comunidad.

Además, reiteró que cerrar las escuelas debe ser el último recurso; las escuelas deben estar entre las primeras actividades que se reabren; y los jóvenes que asisten a las escuelas necesitan ser parte del proceso de toma de decisiones para priorizar e implementar intervenciones que los afectan.

¿Qué opinan los estudiantes?

Al presentar el informe, el TAG sumó la opinión de algunos estudiantes sobre la situación que vienen atravesando desde el inicio de la pandemia. Estás declaraciones provienen de una encuesta realizada de manera voluntaria por tres estudiantes a 927 niños y jóvenes de 10 a 19 años de 16 países, durante cuatro meses, sobre la experiencia de ser alumnos durante la pandemia de COVID-19. Esta reveló que existe confusión, de que el aprendizaje a distancia cuenta con muchas falencias y que los jóvenes se han sacrificado para apoyar a sus comunidades.

“[El aprendizaje online] … no es el mismo que en el aula presencial. Pareciera como que los docentes y estudiantes raramente tienen suficiente energía para dar la clase y para que la información sea absorbida correctamente”, señaló un estudiante.

Un encuestados indicó: “Nuestro sistema educativo no está listo para la enseñanza online. Y los problemas que tenemos ahora son los mismos que un año atrás. A veces, ni siquiera se escucha al maestro… Y se que los maestros también están tristes por esta situación”.

Otro dijo: “Por supuesto, no queremos que nuestros abuelos mueran o que las unidades de terapia intensiva estén sobrecargadas. Por supuesto, queremos hacer nuestra parte por la comunidad y protegerla. Pero, también necesitamos ver que nuestra comunidad hace su parte por nosotros. ¿Cómo podemos justificar el cierre de las escuelas mientras que los negocios o las peluquerías y los restaurantes reabren?".