El Tribunal Superior británico consideró que la vida del periodista australiano no corre riesgo si es trasladado, en una apelación favorable a Estados Unidos que prometió no mantenerlo en una prisión de máxima seguridad.

El Gobierno de Joe Biden solicitó la extradición de Julian Assange, de 50 años, para ser juzgado por cargos que alegan que actuó ilegalmente al obtener y publicar unas 700.000 documentos clasificados, la gran mayoría relacionados con las guerras en Afganistán e Irak.

Los tribunales británicos habían bloqueado previamente los intentos de extraditar a Assange, debido a preocupaciones por su salud mental, al considerar que corría riesgo de suicidio si esa posibilidad se concretaba, .

Pero en una larga audiencia en el Tribunal de Magistrados de Westminster, los representantes estadounidenses aseguraron que el periodista recibirá un "tratamiento adecuado" y que no lo mantendrá en una prisión de máxima seguridad.

Ante esto, el presidente del Tribunal Supremo, Ian Burnett, conocido como Baron Burnett de Maldon, ​y el juez del Tribunal de Apelaciones, Timothy Victor Holroyde, fallaron a favor de los deseos de la Casa Blanca.

"Estados Unidos ha proporcionado ahora al Reino Unido un paquete de garantías que responden a las conclusiones específicas del juez de distrito", dijo Holroyde. "Esa conclusión es suficiente para determinar esta apelación a favor de Estados Unidos", agregó. Burnett.

Sin embargo, esta larga batalla legal no terminará aquí: los abogados de Assange anunciaron que apelarán al Tribunal Supremo británico y a cortes internacionales si es necesario.

En respuesta a la decisión del Tribunal Superior de Londres, la pareja e integrante del equipo de abogados Assange, Stella Moris, dijo a los medios británicos que apelarán esta decisión "lo antes posible".

El australiano lleva recluido en la prisión de alta seguridad de Belmarsh, cerca de Londres, desde que en abril de 2019 fue detenido por sorpresa en la Embajada de Ecuador, luego de el entonces presidente Lenín Moreno revocara la decisión de su antecesor, Rafael Correa, que le permitió al periodista permanecer siete años asilado en la sede diplomática.

En 2010 había llegado a Inglaterra huyendo de Suecia, donde fue acusado de dos delitos de agresiones sexuales, cargos que ya fueron retirados.Los delitos por los que el activista es requerido en Estados Unidos suman una condena de más 175 años de cárcel

La detención en la prisión de Belmarsh primero fue en cumplimiento de una condena británica por haber violados las condiciones de su libertad condicional al refugiarse en la Embajada.

Después, fue mantenido en prisión preventiva mientras se decide su extradición, dado que la juez consideró que podría volver a intentar escapar si era excarcelado.