La tensión geopolítica por el temor a que Rusia ataque a Ucrania sigue en aumento. La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) anunció este lunes el envío de aviones y navíos para "reforzar la disuasión y la defensa" en la frontera; mientras que Estados Unidos y la Unión Europea estudian una serie de duras sanciones económicas.

A su vez, el gobierno de Joe Biden también evalúa enviar más soldados a sus aliados de la OTAN. El posible despliegue podría involucrar a "entre 1.000 y 5.000 soldados, junto con unidades navales y aviones", según el diario The New York Times.

Esta situación impactó de lleno en los mercados: la bolsa rusa y el rublo se desplomaron. Las acciones bajaron más de un 8% en el índice RTS, tras dos semanas de descenso constante y la moneda rusa cayó a su punto más bajo en más de un año frente al dólar, a 79 rublos (-2,3%).

En este escenario, el Banco Central de Rusia decidió interrumpir las operaciones de compra de divisas internacionales en respuesta a la creciente volatilidad observada en el mercado, donde el rublo caía con fuerza ante el euro y el dólar.

El Gobierno de Rusia acusó a la OTAN y Estados Unidos de "exacerbar" las tensiones. Por su parte, los países occidentales apuntaron contra el Kremlin por el supuesto despliegue de tanques, artillería y unos 100.000 soldados en la frontera con Ucrania para preparar un ataque.

Algunos países ya aconsejaron a sus diplomáticos y empleados abandonar Ucrania, aunque por el momento descartan "evacuar sus embajadas ni a sus ciudadanos". Alemania tomó esta postura, según informó el vocero del Ministerio de Asuntos Exteriores alemán, Christofer Burger.

"Se tomó la decisión de que los familiares de los empleados de nuestras misiones en Ucrania, así como de los empleados de organizaciones alemanas en Ucrania, por ejemplo los del Centro Cultural de Goethe y el Servicio Alemán de Intercambio Académico, podrían abandonar el país de manera voluntaria", explicaron.