Luego del escándalo por espionaje ilegal a propios y ajenos durante la presidencia de Mauricio Macri, salieron a la luz casos similares en distintos puntos del planeta. Sin ir más lejos, este lunes ante la Audiencia Nacional el gobierno español denunció que el Presidente Pedro Sánchez tuvo intervenido su teléfono, al igual que la ministra de Defensa.

En tanto, este martes la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, aseguró este martes que el uso de programas espía como Pegasus o Candiru amenaza el trabajo de periodistas y otros profesionales.

En un discurso grabado en vídeo con ocasión del Día Mundial de la Libertad de Prensa, la expresidenta chilena afirmó que la creciente utilización de este tipo de programas de vigilancia "ha provocado detenciones, intimidaciones e incluso asesinatos de periodistas", poniendo además en peligro a sus fuentes y a sus familias.

Y advirtió: "El software Pegasus se está utilizando en al menos 45 países, a menudo con un total secretismo y fuera de cualquier marco legal". Su discurso fue en el marco del acto conmemorativo en el Instituto Universitario de Altos Estudios Internacionales de Ginebra con la presencia de los dos recientes ganadores del Nobel de la Paz, los periodistas Maria Ressa (Filipinas) y Dmitri Muratov (Rusia).

Bachelet denunció que muchos periodistas han tenido que recurrir a la autocensura a causa de la creciente utilización de este tipo de herramientas de vigilancia. "Urjo a todos los Estados que adquieren este tipo de tecnologías de vigilancia a que lo hagan cumpliendo los estándares de derechos humanos, y que se pregunten si son herramientas legales, necesarias y proporcionales frente a sus riesgos", remarcó Bachelet.

"No sólo es una obligación de los Estados, también animo a las empresas privadas de vigilancia a que expresen públicamente su compromiso con el respeto a la libertad de expresión y la privacidad", añadió la expresidenta del país trasandino.

La responsable de derechos humanos de Naciones Unidas también recordó que muchos periodistas enfrentan graves riesgos, especialmente aquéllos que trabajan en zonas en conflicto, en países donde el espacio cívico está muy restringido o donde los niveles del crimen organizado son muy elevados. Bachelet recordó que el año pasado el número de periodistas detenidos se elevó a al menos 293, mientras que la cifra de asesinados bajó a 55.

"La impunidad de estos asesinatos sigue siendo generalizada, y un estremecedor 87 por ciento de los asesinatos ocurridos desde 2006 sigue sin resolverse", aseguró. Al menos 12 reporteros han muerto en la cobertura de la actual guerra de Ucrania, indicó Bachelet, quien pidió en su discurso rendir especial tributo a quienes informan bajo amenazas, intimidación y vigilancia "para que podamos acceder a información libre, precisa e independiente".