El Papa León XIV encabezó su primera misa ante los cardenales que lo eligieron y durante la homilía en la Capilla Sixtina recordó la papa Francisco, que lo nombró cardenal en 2023 y recalcó que "la iglesia debe ser un faro en el mundo".

El nuevo Papa recordó que Dios lo llamó, con su elección como 267º Papa ayer por la tarde, a suceder a Pedro, y, como tal, "me confió este tesoro para que, con su ayuda, sea su fiel administrador en favor de todo el Cuerpo místico de la Iglesia".

Sin embargo, Pedro, recordó el Papa, hace su profesión de fe respondiendo a una pregunta precisa: "¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?".

Esta pregunta, subrayó el Papa León, no es insignificante y concierne a "un aspecto esencial de nuestro ministerio, es decir, el mundo en el que vivimos, con sus límites y sus potencialidades, sus interrogantes y sus convicciones".

León XIV dijo que la Iglesia debe ser un faro frente a la tecnología, el dinero, el éxito, el poder y el placer

"¿Quién dice la gente que es el Hijo del Hombre?", repitió el nuevo Santo Padre, señalando: "Si reflexionamos sobre la escena que estamos considerando, podríamos encontrar dos posibles respuestas, que caracterizan dos actitudes diferentes".

En primer lugar, dijo el Papa León, está la respuesta del mundo, que "no dudará en rechazarlo y eliminarlo" una vez que "su presencia se vuelva molesta" también a causa de "sus severas exigencias morales".

Luego está la otra respuesta posible a la pregunta de Jesús, la de la gente común, que lo ve "como un hombre recto y valiente"; pero para ellos "Él es sólo un hombre, y por eso, en los momentos de peligro, durante su pasión, también ellos lo abandonan y parten desilusionados".

Lo sorprendente de estas dos actitudes, dijo el Papa, es su actualidad, ya que, reconoció el Santo Padre, encarnan nociones que fácilmente podríamos encontrar en labios de muchos hombres y mujeres de nuestro tiempo, aunque, siendo esencialmente idénticas, se expresen con un lenguaje diferente.

"Incluso hoy", advirtió, "existen muchos entornos donde la fe cristiana se considera absurda, reservada para los débiles y poco inteligentes. Entornos donde se prefieren otras seguridades, como la tecnología, el dinero, el éxito, el poder o el placer".

Son contextos, destacó, "en los que no es fácil predicar el Evangelio y dar testimonio de su verdad, donde los creyentes son burlados, combatidos, despreciados o, en el mejor de los casos, tolerados y compadecidos".  

"Sin embargo, precisamente por eso", dijo, "son los lugares donde nuestra labor misionera es desesperadamente necesaria".

"La falta de fe -subrayó el Papa León- a menudo va acompañada trágicamente de la pérdida del sentido de la vida, del descuido de la misericordia, de atroces violaciones de la dignidad humana, de la crisis de la familia y de tantas otras heridas que afligen a nuestra sociedad".

Hoy, observó, "hay muchos ambientes en los que Jesús, aunque apreciado como hombre, es reducido a una especie de líder carismático o superhombre".

Reconociendo que esto sucede "no sólo entre los no creyentes sino también entre muchos cristianos bautizados", el Papa León advirtió que, como tales, "terminan viviendo, a este nivel, en un estado de ateísmo práctico".