El Papa León XIV lanzó este domingo un llamado desesperado en medio del recrudecimiento del conflicto en Medio Oriente. Durante la oración del Ángelus, ante miles de fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, el sucesor de Francisco advirtió que el mundo está al borde de una tragedia irreversible si no se detiene la escalada bélica entre Estados Unidos, Irán e Israel.

Hoy más que nunca, la humanidad clama e invoca la paz: es un grito que exige responsabilidad y razón, y no debe ser sofocado por el estruendo de las armas ni por las palabras retóricas que incitan al conflicto”, expresó el Pontífice, visiblemente preocupado por el rumbo que está tomando el escenario internacional.

León XIV no solo se refirió a los enfrentamientos actuales, sino también a las consecuencias humanas que estas guerras dejan a su paso. “Detener la tragedia de la guerra antes de que se convierta en un abismo irreparable”, pidió con firmeza, en una advertencia dirigida claramente a los principales actores del conflicto.

El papa fue más allá y subrayó el impacto que dejan estos conflictos armados a lo largo de generaciones. “La guerra no resuelve los problemas, sino que los amplifica y produce profundas heridas en la historia de los pueblos, que requieren generaciones para sanar”, sostuvo.

En el cierre de su intervención, León XIV apeló directamente a la diplomacia como único camino posible para frenar el derramamiento de sangre. “Que la diplomacia silencie las armas”, exclamó, mientras miles de personas lo escuchaban desde la plaza y millones lo seguían por transmisión en todo el mundo.

El mensaje del Pontífice resonó como una súplica que busca tocar la conciencia de los líderes globales, en un momento de máxima tensión geopolítica y con un futuro incierto sobre la mesa.