(De la redacción de DATA CLAVE) El Gobierno de Alemania, presidido por la canciller Ángela Merkel, le marcó la cancha a la Bundesliga y le prohibió la posibilidad del regreso progresivo de los fanáticos a los estadios.

Los clubes de Primera y Segunda División, en conjunto con la Liga Alemana de Fútbol (DFL), realizaron una Asamblea donde votaron si avanzaban o no con el regreso del público a las canchas de forma progresiva y con medidas de aislamiento.

Sin embargo, más allá del resultado positivo y de la confección de los protocolos, el Estado le marcó el terreno y negó esta posibilidad por la crisis sanitaria. "Sería una mala señal", afirmó el ministro de Salud, Jens Spahn.

Los gobiernos a nivel mundial miran de reojo la consignación de derechos a los deportistas por la mirada de la opinión pública. En Argentina, por ejemplo, se desató un conflicto por el competidor olímpico Ariel Suárez, remero que se quejó por la falta de protocolos para el regreso de su sector.

El conflicto tuvo un gran revuelo mediático y el deportista decidió protestar con su regreso a los entrenamientos. Acto seguido, prefectura naval le labró un acta de procedimiento por incumplir las medidas de la cuarentena obligatoria.

En cuanto a la posición de la DFL, expresaron en un comunicado que "insistió siempre en que la lucha contra el coronavirus es la prioridad y por ende respeta la postura del Gobierno", y sumaron que "la vuelta a la normalidad debe ser el objetivo de cada sector, pero debe hacerse en forma progresiva y en función de la situación. Por eso, la Liga y los clubes se prepararán de a poco para el regreso del público a los estadios".